Desde hace dos décadas el smartphone se ha convertido en el centro de la vida digital de miles de millones de personas. La era Post-PC no ha supuesto la extinción de los ordenadores, ni de los de sobremesa ni de los portátiles, pero sí que han perdido una gran relevancia con respecto a lo que se vio en los años noventa y principios de los dos mil.
En estos últimos veinte años se han visto algunos intentos de reemplazar el móvil, o al menos de complementarlo de manera agresiva. La mejor apuesta fueron las tablets, que prometían la versatilidad de un móvil pero con un tamaño de pantalla mucho mayor, con lo que eso implicaba. No han sido un fracaso, pero desde luego no se ha creado el mercado que muchas compañías esperaban.
Con la llegada de la inteligencia artificial ha resurgido el interés de las empresas de crear productos que reemplacen al móvil o al menos que lo complementen de forma diaria y cómoda, como hacen los relojes inteligentes, un accesorio que sí ha sabido adaptarse a la realidad de su uso. No ha reemplazado al smartphone, pero convive con él. Las nuevas apuestas de dispositivos no parecen que lo vayan a hacer.
AI PIN
Una de las presentaciones más sorprendentes de los últimos años ha sido la de Humane, una empresa fundada por extrabajadores de Apple que propone un PIN tecnológico controlado mayormente por la voz y que está siendo un auténtico fracaso. Nosotros lo hemos podido probar y la sensación que nos ha transmitido dista mucho de la que se espera para un producto con semejantes expectativas, sobre todo al costar 699 dólares y obligar a una suscripción mensual.
En los últimos días han sido publicadas numerosos análisis, la inmensa mayoría de ellos muy negativos, entre los cuales ha destacado el de MKBHD, el popular youtuber estadounidense. En el vídeo Marques dejaba claro que era uno de los peores productos que había probado.
Uno de los mayores problemas de este aparato es que confiaba todo a la IA, por lo que si el sistema se equivocaba, no había plan B. Además, al carecer de pantalla, toda interacción visual dependía del proyector láser que distaba de ser una alternativa válida a los paneles usados en los smartphones.
En teoría el AI PIN de Humane dice que no es un reemplazo del smartphone, sino un complemento, pero pese a eso necesita su propia suscripción mensual, usa un número de teléfono diferente al del teléfono, y no sincroniza información prácticamente con ningún otro servicio.
Rabbit R1
Otro de los productos anunciados recientemente es el Rabbit R1, un dispositivo que se parece más a un móvil en tanto que tiene pantalla, además de inteligencia artificial. Es cierto que su precio lo hace mucho más atractivo que el AI PIN. Cuesta 199 euros y no requiere de una suscripción mensual.
De este aparato aún no se han publicado los análisis, pero en las pruebas vistas hasta ahora peca del mismo problema que el AI PIN. Lo que hace es posible hacerlo también en un smartphone, pese a que este además permite muchas otras cosas. El no ofrecer nada especialmente distintivo lo convierte en un producto curioso, pero no práctico, y mucho menos sirve como reemplazo del móvil. En este caso ni siquiera como complemento, porque no hace nada que el móvil no pueda hacer con las aplicaciones adecuadas.
Colgante Limitless
La última de las propuestas de este tipo que han sido anunciadas es el colgante Limitless, que recuerda al PIN de Humane pero que llega con unas prestaciones más modestas, un factor de forma más cómodo y unas funcionalidades más limitadas. En este caso se trata de un dispositivo que graba lo que estemos diciendo.
La idea de este colgante es que se pueda usar la IA para convertir conversaciones, reuniones y charlas en un texto comprensible que se puede luego traducir, resumir o almacenar. El problema es que esto es algo que ya hacen los móviles como el Samsung Galaxy S24 Ultra en una de sus muchas funciones relacionadas con la inteligencia artificial.
Otros enfoques
Además de estas apuestas, todas enfocadas a la inteligencia artificial y nacidas tras el fragor del éxito de ChatGPT, hay otras apuestas que también pueden buscar ser el sustituto de los móviles, pero lo hacen con otro enfoque, no sabemos aún si acertado o no. El mejor ejemplo son las nuevas gafas de realidad virtual de Apple, las Vision Pro, que son un aparato que ni siquiera se vincula al móvil, como no lo hace un ordenador o una tablet. Pero los casos de uso de la misma sí que chocan tanto con los ordenadores como con los smartphones. En parte, Apple quiere que se use menos el iPhone y más las gafas, al menos en ciertos escenarios. A medio y corto plazo no parece que eso vaya a suceder.
Tampoco hay que olvidar a Meta, que tiene en su colaboración con Ray-Ban una de las apuestas mejor ejecutadas para usar la inteligencia artificial. Las gafas de la empresa de Marck Zuckerberg no buscan ser un reemplazo del smartphone, sino más bien un complemento, como lo son los auriculares o el reloj. Sí, integran inteligencia artificial y permiten usar un asistente avanzado, pero en ningún momento se siente que el uso de esas gafas limite el uso del smartphone o haga las mismas cosas pero de forma más torpe, como pasa con el resto de productos de los que hemos hablado en este artículo.