Microsoft ha conseguido lo que parecía imposible: revivir los portátiles Windows. La llegada de la plataforma Copilot+ PC, con ordenadores basados en procesadores ARM con IA, puede ser la revolución que necesitaba el sector y que haga que los competidores se ‘despierten’ después de años de letargo.
Los nuevos Surface serán de los primeros portátiles en estrenar la nueva plataforma, que está basada en procesadores Qualcomm; a diferencia de los de Intel y AMD, estos usan la arquitectura ARM, como la de los smartphones, para obtener una mayor eficiencia energética que se traduce en una batería que dura hasta 22 horas en reproducción de vídeo. También cuentan con una potente NPU, una unidad de procesamiento dedicada en exclusiva a ejecutar funciones de IA de manera local, como el nuevo Recall de Windows 11.
Se espera que pronto se conozca la respuesta de Intel y AMD, que siguen apostando por la clásica arquitectura x86 de los ordenadores; pero si no tienen cuidado, puede llegar otro rival más, y este da miedo. Se trataría nada menos que de Nvidia, cuyo nuevo procesador para portátiles es ya un secreto a voces dentro de la industria.
Según los rumores, Nvidia estaría desarrollando un nuevo SoC (‘system-on-chip’) basado en el nuevo diseño de núcleo de ARM, llamado Cortex-X5 y que sería el sucesor del Cortex-X4 que hoy se usa en procesadores de gama alta para móviles como el Snapdragon 8 Gen 3. Por lo tanto, Nvidia siente que no necesita diseñar sus propios núcleos, como ha hecho Apple, porque los diseños de referencia de ARM serán lo suficientemente potentes y eficientes.
En vez de dedicar recursos a diseñar su propio núcleo, Nvidia prefiere centrarse en lo que sabe hacer: GPUs, o chips gráficos. En efecto, la gran ventaja del procesador de Nvidia respecto al resto será la presencia de una gráfica integrada muy potente, capaz de ejecutar juegos modernos sin problemas y de usar tecnologías RTX como trazado de rayos (‘ray-tracing’) y DLSS para ampliar la imagen del juego sin pérdida de calidad y mejorando el rendimiento.
En concreto, el procesador de Nvidia integraría las nuevas GPU Blackwell, además de memoria LPDDR6 directamente en el chip. Un auténtico ‘monstruo’ que puede hacer que jugar en portátiles finos y ligeros por fin sea una realidad. El único detalle que está por aclarar se encuentra en el proceso de fabricación, que puede afectar a la eficiencia energética y al calor generado por el chip. Inicialmente parecía que Nvidia iba a usar el proceso N3P de TSMC, pero la última filtración supone un giro de guión: Nvidia podría usar el nuevo proceso de 3 nm de Intel. En efecto, Intel podría ‘ayudar’ a este nuevo rival en el sector de los portátiles, aunque evidentemente, sacará algo a cambio.
El proyecto parece ir en serio, hasta el punto de que Microsoft ya estaría pasando todas sus funciones de Copilot+ PC a hardware de Nvidia, para que estén listas para ser usadas cuando los primeros portátiles sean lanzados; algo que podría ocurrir a lo largo del 2025.