Todo el mundo quiere ser Steve Jobs y lanzar un producto que cambia el sector tecnológico y las vidas de millones de personas (y vende miles de millones de unidades de paso). Lamentablemente (o afortunadamente), Steve Jobs sólo hubo uno; incluso los que trabajaron bajo su mando no pueden revolucionar el mercado sólo con quererlo. El Humane AI Pin es la mejor demostración hasta ahora de esto.
Creado por antiguos trabajadores de Apple, que estuvieron involucrados en el desarrollo del iPhone, el Humane AI Pin iba a ser para los smartphones, lo que los smartphones fueron para los teléfonos móviles. Se presentó como una auténtica revolución que iba a cambiar completamente la manera en la que interactuamos con la tecnología; iba a hacer obsoleto al smartphone, porque podíamos hacer lo mismo con un aparato mucho más pequeño que podíamos llevar como un pin en la camisa.
Lejos de cumplir esas promesas, el Humane AI Pin pasará a la historia como uno de los grandes fracasos tecnológicos del 2024. El recibimiento del dispositivo fue tibio; cuando en EL ESPAÑOL - El Androide Libre lo probamos, llegamos a la conclusión de que estaba muy verde. Los más críticos directamente afirmaron que no funcionaba ni cumplía ninguna de las promesas realizadas a lo largo de su desarrollo.
El mayor problema del AI Pin es que no está consiguiendo convencer a los que ya han invertido en su idea; y a su vez, eso ha reducido el interés entre los nuevos compradores. Según ha revelado The Verge, entre mayo y agosto se devolvieron más unidades de las que se vendieron; en efecto, más gente quiso deshacerse de su dispositivo, de la que quiso comprarlo.
Desde su lanzamiento el pasado mes de abril en los Estados Unidos, Humane ha conseguido distribuir 10.000 unidades de su AI Pin; sin embargo, fuentes internas afirman que apenas 7.000 unidades aún están en manos de sus clientes originales. Así que no es muy descabellado decir que el objetivo de vender 100.000 unidades para finales de año, según fuentes internas, no se cumplirá.
Tal vez lo más doloroso es que las unidades del AI Pin devueltas por los usuarios se convertirán en basura electrónica, si no hay cambios. Humane no tiene manera de reparar el dispositivo y volverlo a vender a otro consumidor, al menos por ahora, por un problema con la operadora asociada; aunque según una fuente, la compañía aún no ha desechado los dispositivos que ha recibido con la esperanza de poder reaprovecharlos en el futuro.
Un futuro que cada vez está más en duda. Humane sobrevive gracias a la gran inversión de, entre otros, Sam Altman, CEO de Open AI; al fin y al cabo, el AI Pin usa la inteligencia artificial de ChatGPT para responder a las cuestiones del usuario, y se esperaba que los nuevos modelos como GPT-4o fuesen la 'salvación' del dispositivo. Mientras Humane intenta negociar con los inversores, los rumores apuntan a una posible venta a un gigante tecnológico (HP se lo habría planteado).
Por su parte, Humane se ha defendido asegurando que la publicación contiene errores que no puede desmentir al referirse a datos financieros de la compañía. Además, afirma que ha lanzado varias actualizaciones para el AI Pin que responden a las quejas de los usuarios, y que se encuentran "en la línea de salida, no en la de meta"; aunque en el sector tecnológico, no es raro ver carreras muy cortas.