Puede que la seguridad de las pantallas táctiles en los coches esté en duda, pero las marcas no han dejado de apostar por esta tecnología. Los nuevos coches no sólo vienen con pantallas cada vez más grandes instaladas en el salpicadero, también están sustituyendo funciones básicas que hasta ahora tenían un botón dedicado. Ahora, la marca china Yanfeng ha mostrado hacia dónde va el sector.
Yanfeng no es un fabricante de coches, sino un suministrador que se encarga de producir las piezas usadas por los fabricantes. El pasado CES, Yanfeng llamó la atención por su concepto de interior con pantallas táctiles.
Ahora, ese concepto ha llegado a Europa, y la intención de la compañía es que los fabricantes europeos consideren adoptarlo como una manera barata y sencilla de dar el salto a las nuevas tecnologías.
El EVI (Electric Vehicle Interior) de Yanfeng es algo más que un conjunto de pantallas; es un adelanto de lo que está por llegar en el sector automovilístico. El interior ha sido diseñado con “la noción de libertad” en mente, según el fabricante, y por eso ofrece “amplio espacio para el cuerpo y alivio para la mente”.
En otras palabras, es un interior preparado para coches autónomos, en los que el conductor podrá elegir si quiere conducir o si prefiere relajarse viendo una película en la gigantesca pantalla central.
El ‘volante’, si se le puede llamar así, en realidad es un sistema de control ‘steer-by-wire’, en el que las acciones del conductor son interpretadas por un ordenador, que es el que realmente conduce el coche; a diferencia de los coches actuales, donde el movimiento del volante se traduce directamente a la dirección de las ruedas.
Este dispositivo se parece mucho a una consola portátil como la Steam Deck, con una gran pantalla central desde la que elegir modos de conducción, activar el ‘microclima’ personalizado para cada ocupante y más. Cuando queramos que el coche se conduzca sólo, podemos apartar el ‘volante’ gracias al brazo mecánico y tener una vista sin distracciones del parabrisas y de la pantalla central.
En la pantalla central es donde aparecen todos los datos relacionados con la conducción, y por lo tanto, es tan importante como el propio parabrisas; es aquí donde se reproducen los vídeos de las cámaras del coche, se muestra el mapa de navegación e información de la carga restante de las baterías y la previsión meteorológica.
No está claro hasta qué punto se podría personalizar esta pantalla central, o si sería compatible con Android Auto; en una de las demostraciones, el icono de Instagram aparece como una de las opciones, así que en teoría podríamos usar apps móviles.
Pese a la cantidad de pantallas y al brazo mecánico para el volante, Yanfeng afirma que este sistema supone una reducción de 11 kilogramos respecto a un sistema tradicional con cuadro de instrumentos. También destaca el uso de materiales sostenibles como fibras naturales, incluyendo en los asientos, cuyo ensamblaje se ha simplificado para facilitar el recambio. Todo el sistema es modular, por lo que cualquier parte se puede intercambiar y reparar si es necesario, reduciendo la basura electrónica.
Por el momento, ninguna marca europea ha confirmado que vaya a usar el sistema de Yanfeng, aunque probablemente las más grandes ya están desarrollando sus propias versiones. La gran pregunta es si un sistema como este sería más seguro o incluso si sería legal en todos los mercados.
Este sistema probablemente fallaría las nuevas pruebas de Euro NCAP, que requieren el uso de botones físicos para funciones básicas como los intermitentes, que en este concepto están integrados en la pantalla táctil del volante. Eso significa que un coche con este sistema nunca podría obtener las cinco estrellas Euro NCAP, a menos que se cambien las reglas para los futuros coches autónomos.