La polémica de las pantallas táctiles de los coches continúa, y no tiene visos de terminar pronto. Aunque el Euro NCAP ya ha puesto reglas contra las pantallas en el salpicadero, y los conductores quieren más botones físicos, los fabricantes siguen apostando por esta tecnología por costes y para aprovechar el potencial que tienen.
Y aunque es cierto que el potencial de las pantallas es muy grande, al permitir el uso de sistemas como Android Auto, no todo es tan bonito; también hay un gran potencial para el abuso de estos sistemas para provecho de los fabricantes. Ese parece ser el caso de la última patente solicitada por Ford, que podría convertir la pantalla en un cartel de publicidad dentro de nuestro coche.
Ese no es el único aspecto polémico de la patente. Para saber qué anuncios son más atractivos, los ingenieros de Ford plantean que el sistema escuche las voces de los ocupantes, usando los mismos micrófonos que ahora se usan para activar el asistente de voz, como Google Assistant. En efecto, quieren que el coche escuche nuestras conversaciones privadas para vendernos productos relacionados con lo que estamos hablando.
El sistema sería capaz de analizar las voces del habitáculo, tanto del conductor como de los acompañantes, e incluso detectar momentos de silencio, que podría 'llenar' reproduciendo anuncios de audio. El algoritmo sería tan avanzado que sería capaz de saber cuál es nuestro destino, y calcular la cantidad de anuncios idónea para mostrar durante el trayecto.
Tal vez la parte más graciosa es que los propios creadores de la patente saben que los conductores no quieren esto; pero alegan que su sistema puede, básicamente, ignorar estos deseos, mostrando anuncios dependiendo del contexto para hacerlos más efectivos. Como por ejemplo, usando los sensores del coche para detectar si está lloviendo, o usando el GPS para mostrar anuncios relacionados con la zona, o incluso mostrando anuncios de audio al conductor y visuales a los ocupantes al mismo tiempo.
Ford ha intentado defenderse de las críticas después de la publicación de esta patente, afirmando a Motor Trend que las ideas presentadas "no deberían ser vistas como una indicación de nuestros planes de producto"; en otras palabras, es lo de siempre: que una compañía patente algo no significa que lo vaya a usar. Y las palabras de Ford parecen indicar eso, prometiendo que "siempre pondrá primero al consumidor" en el desarrollo de nuevos productos.
Muchas empresas patentan conceptos que luego nunca utilizan en un producto comercial; a veces es para evitar que sus rivales lo hagan primero, o para generar un 'portfolio' que las haga más atractivas para futuros inversores. También se han dado casos de organizaciones que han patentado inventos, precisamente para evitar que se hagan realidad. Por último, la patente aún no ha sido otorgada a Ford, por lo que siempre cabe la posibilidad que esto nunca pueda llegar a buen puerto.
Sea como sea, lo que está claro es que las pantallas de los coches van a seguir dando que hablar, para bien y para mal.