En una de las operaciones de guerra informática más sorprendentes que se recuerdan, un atacante habría provocado la detonación remota de los 'buscas' usados por miembros del grupo armado Hezbolá en Líbano. Y la gran pregunta es si eso es posible con cualquier dispositivo que tenga una conexión móvil y una batería, como por ejemplo, los millones de smartphones que se han vendido en España.
Aunque la naturaleza exacta del ataque no se ha definido, ya existen dos teorías predominantes; y una es que unos 'hackers' hayan provocado la explosión de manera remota. Los ataques informáticos con consecuencias 'en la vida real' no son nuevos (como los ataques a redes eléctricas), pero sería inaudito que tuviesen un alcance y una precisión como esta. Según las primeras estimaciones, tres personas habrían muerto y cientos de miembros de Hezbolá habrían sufrido heridas de diversa magnitud, como consecuencia de estas explosiones dirigidas a objetivos concretos.
Según testimonios de testigos y grabaciones de vídeo compartidas en redes sociales, los 'buscas' simplemente explotaron de manera repentina, sin aviso; pese al pequeño tamaño del dispositivo, la magnitud de la explosión fue suficiente para provocar heridas en los usuarios que transportaban el dispositivo y en las personas cercanas.
Por qué explota un busca
Aunque los 'buscas' han caído en desuso en España desde la popularización de los teléfonos móviles, en muchos países siguen siendo el principal método de contacto para personas que no pueden, o quieren, llevar un móvil encima. Hay motivos por los que los miembros de Hezbolá prefieren usar 'buscas', pero también siguen siendo usados por médicos y miembros de servicios de emergencia.
Estos pequeños dispositivos se usan para recibir avisos de que alguien quiere hablar con nosotros; cuando eso ocurre, en la pequeña pantalla se muestra el número de teléfono de la otra persona. Al recibir un mensaje como este, podemos usar un teléfono corriente o un smartphone para llamar a la persona que está intentando contactar con nosotros.
Esta simplicidad es la clave de la popularidad de los 'busca' entre los miembros de Hezbolá, y el motivo por el que este ataque es tan llamativo. Al igual que un smartphone, todos los 'busca' cuentan con una conexión móvil de teléfono, disponible siempre que haya cobertura; pero no poseen conectividad a Internet ni cuentan con un sistema operativo avanzado, por lo que no pueden ser 'hackeados' con técnicas como virus informáticos u otro tipo de 'malware'.
Aunque los detalles del ataque, ni su autoría, han sido confirmados, fuentes de Reuters y The Wall Street Journal afirman que los 'buscas' afectados habían sido recibidos recientemente por el grupo al mismo tiempo como parte del mismo envío; por lo que el envío podría haber sido interceptado y los dispositivos podrían haber sido modificados con explosivos. La misma conexión móvil del busca podría haber sido usada para activar todos los explosivos al mismo tiempo.
Por otra parte, un oficial de Hezbolá ha acusado directamente a Israel del ataque, y ha explicado cómo habría sido posible. Según estos primeros informes, el ataque dio inicio con la toma de control de los servidores usados para transmitir mensajes a los 'buscas'; a continuación, el grupo atacante habría ejecutado un código para enviar órdenes constantes a los 'buscas', como mensajes.
Los 'buscas' habrían recibido una gran cantidad de mensajes consecutivos, posiblemente con contenido que no podían descifrar. Eso provocó que los dispositivos estuviesen funcionando constantemente, hasta provocar un sobrecalentamiento que a su vez provocó la explosión de las baterías integradas en el dispositivo.
Los testimonios dan fuerza a esta teoría. Algunos supervivientes han reportado que antes de explotar, el dispositivo se notaba caliente al tacto, y varios se salvaron precísamente porque creían que estaba sufriendo una falla y lo soltaron en un lugar seguro. Los usuarios que tenían el dispositivo en bolsas o en el bolsillo no se dieron cuenta y sufrieron la explosión de lleno.
¿Explotan todas las baterías?
Un detalle importante a tener en cuenta es que no todos los 'buscas' usados en Líbano han explotado durante este ataque; el Ministerio de Salud de Líbano ha pedido a los usuarios que aún tengan uno de estos dispositivos que se deshagan de ellos, aunque hay dudas de que la situación se vuelva a repetir.
Eso es porque no todos los 'buscas' usan el mismo tipo de batería. Algunos, especialmente los más viejos, siguen usando baterías NiMH (níquel-metalhidruro) que tradicionalmente son más seguras pero con menor capacidad y rendimiento. Los dispositivos modernos usarían baterías de ion de litio, iguales a las de los smartphones modernos.
El peligro de las baterías de ion de litio es bien conocido, y uno de los principales motivos por el que el sector tecnológico está buscando alternativas, como las baterías de estado sólido. Este tipo de baterías corre el peligro de explotar si sufren lo que se conoce como una 'fuga térmica', un sobrecalentamiento que se suma a la subida de temperatura natural que sufren con el funcionamiento normal.
En ese caso, la temperatura puede alcanzar niveles tan altos, que provoca reacciones químicas adicionales, que a su vez suben la temperatura. El ciclo continúa hasta que la cubierta de la batería se rompe y entra en contacto con el oxígeno del aire, lo que produce el temido incendio.
Provocar la explosión de una batería de ion de litio es bien fácil; daños físicos como perforaciones o caídas pueden provocar esta inestabilidad, pero también el uso contínuo de la batería. En efecto, sin salvaguardas, explotar una batería es tan fácil como usarla, forzándola al máximo y más allá de la capacidad para la que está diseñada.
¿Me puede explotar el móvil?
Las palabras 'sin salvaguardas' son la clave para comprender por qué un ataque como el realizado contra los 'buscas' no sería posible en un smartphone moderno. Eso es justo lo que tienen absolutamente todos los nuevos móviles vendidos en España, ya sean iPhone o Android.
Todos los fabricantes han implementado medidas de 'hardware' para evitar el sobrecalentamiento de la batería, que es la principal causa de los incendios, y la única que pueden controlar (no pueden evitar que el usuario golpee la batería con un clavo, por ejemplo). Entre estas medidas se encuentran chips dedicados exclusivamente al control de la batería, con el uso de sensores integrados que vigilan constantemente que las temperaturas se mantengan a niveles aceptables.
Hay dos momentos en los que una batería se puede calentar de manera excesiva: durante el uso contínuo, y durante la carga. Para este último, los fabricantes han integrado chips en los propios cargadores, que junto con los del smartphone, regulan la potencia de la carga en tiempo real. Ese es el motivo por el que nuestro móvil no está cargando siempre a la máxima potencia, incluso si usamos la llamada 'carga rápida'; el móvil constantemente cambia de potencia dependiendo de la temperatura de la batería.
De la misma manera, Apple y Google han desarrollado sus sistemas iOS y Android para controlar los niveles de calor de todo el móvil, incluyendo la batería. Durante el uso continuo, como por ejemplo en videojuegos, el sistema automáticamente reducirá la potencia del procesador y el consumo energético para evitar forzar la batería más de lo recomendable.
Ambos sistemas también están preparados contra ataques hacker como el que aparentemente sería el responsable de las explosiones de los 'buscas'. De hecho, este tipo de ataques son muy 'primitivos', y se basan en la idea de que el objetivo no puede rechazar las conexiones que recibe; no es así con los sistemas modernos.
Eso no significa que las baterías de nuestros móviles no supongan un peligro. Una batería de ion de litio es peligrosa por naturaleza, y sólo las medidas implementadas hacen posible su uso diario. Sin embargo, esas medidas pueden fallar o pueden ocurrir accidentes.
En octubre de 2023, un joven de Navarra murió por la explosión de un dispositivo con batería, que había puesto a cargar mientras dormía; aunque la Guardia Civil finalmente no reveló si se trataba de un smartphone. Más conocido es el problema del Samsung Galaxy Note 7, que fuera el lanzamiento estrella de la marca del 2016 pero que acabó retirado del mercado apenas dos meses después, por un fallo de diseño que provocaba un sobrecalentamiento en la batería, con incendios registrados en varias ocasiones.