La inmensa mayoría de los móviles Android vendidos en España vienen con la Play Store preinstalada, la tienda de apps más popular; no es la única, ya que a diferencia de Apple, Google siempre ha permitido la instalación de apps por otros medios. Sin embargo, eso no ha sido suficiente para convencer al juez del distrito James Donato, que ha tomado la histórica decisión de obligar a Google a abrir su propia tienda a los rivales.
Es otro giro de guión más en una historia que empezó cuando Epic Games decidió saltarse las reglas de la Play Store y la App Store de Apple para vender micropagos en su juego Fortnite, sin usar los sistemas de pago integrados en las tiendas. Epic quería quedarse con el 100% de los ingresos por cada venta, en vez de dar un porcentaje a Google y a Apple por usar sus plataformas; por eso, Fortnite fue expulsado de las tiendas, y Epic inició su batalla legal.
Hasta ahora, Google ha pasado por esta polémica sin muchas consecuencias, ya que Android es una plataforma abierta que permite el uso de tiendas de apps alternativas; de hecho, eso es justo lo que Epic ha hecho, creando una tienda para Android con Fortnite y otros juegos, donde recibe todos los ingresos por las compras. En iOS eso era imposible, y de ahí que Apple haya sufrido más, y recientemente haya permitido tiendas alternativas en el iPhone, al menos en la UE.
Pero Epic Games aún no estaba contenta, y presentó una demanda contra Google por abuso de posición dominante; el juez estadounidense le ha dado completamente la razón y ha otorgado todas sus peticiones. La más llamativa es que Google tendrá que permitir tiendas de terceros dentro de la Play Store; en efecto, los usuarios podrán descargar otras tiendas a través de la tienda oficial de Google, en vez de tener que buscarlas en Internet como hasta ahora. Esta es una gran victoria para Epic, que podrá usar la plataforma de Google para distribuir su tienda y que sus juegos con micropagos lleguen a millones de usuarios, sin tener que pagar un dólar por el privilegio.
El juez también ha prohibido algunos de los métodos usados por Google para generar ingresos en su plataforma. Por ejemplo, Google ya no podrá firmar acuerdos de exclusividad con los creadores de apps, para que sólo estén disponibles en la Play Store y no en tiendas alternativas. Google tampoco podrá obligar a los desarrolladores a usar su sistema de pagos, por el que recibe un porcentaje por cada compra realizada por los usuarios dentro de las apps. Tampoco podrá llegar a acuerdos con fabricantes de móviles para que sus dispositivos lleven la Play Store preinstalada de fábrica.
De esta manera, Epic ha alegado exitosamente que Google ha creado una plataforma exclusiva contra la que los rivales no podían competir; según Epic la gran cantidad de acuerdos con desarrolladores, operadoras y fabricantes han garantizado que la Play Store tenga un monopolio efectivo en Android, pese a que permita la instalación de tiendas alternativas.
Google tiene ocho meses para crear un nuevo sistema para cumplir con la sentencia, y tendrá que mantenerlo durante al menos tres años. Sin embargo, antes de que eso ocurra Google ya ha anunciado que va a recurrir la sentencia, y ha pedido una pausa en la implementación de los cambios mientras se resuelve.
Google cree que el gran fallo de la decisión del juez es que no se ha dado cuenta de que Google ya tiene un competidor: Apple. La decisión, afirma, se basa en la idea incorrecta de que Android es un mercado propio, cuando en realidad, está compitiendo en el mismo mercado que iOS y su App Store. Esto es algo "obvio para cualquiera que haya comprado un móvil", en palabras de Google, claramente dirigidas al juez.
También critica, de manera velada, que el juez no se haya dado cuenta de que Android es una plataforma abierta y que la propia Epic Games ya tiene una tienda de apps a través de la que distribuye Fortnite. Por lo tanto, es muy probable que no hayamos visto aún el último episodio de esta trama, y que los cambios anunciados aún no se apliquen, ni en EEUU ni en el resto del mundo.