Podemos estar cerca de un momento histórico en el sector tecnológico, que cambiaría completamente el mercado y afectaría seriamente a los usuarios, no sólo de Android, también de toda Internet. Bloomberg ha revelado que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos quiere obligar a Google a vender su navegador Chrome.
Esta sorprendente sugerencia llega después de que el pasado mes de agosto Google fuese condenada por monopolio; un tribunal federal consideró que el gigante de Internet estaba monopolizando ilegalmente el mercado de los buscadores de Internet, además de la publicidad en línea. Las consecuencias de esta sentencia podrían ser desastrosas para Google, ya que inicialmente se planteó que la única solución era dividir la compañía en varias empresas independientes.
Finalmente, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, dependiente del gobierno, propondrá otra solución al juez: que Google separe las partes que le otorgan ventaja en el mercado, para que no tenga más remedio que competir contra sus rivales de manera más justa. Y eso tendrá consecuencias inmediatas para los usuarios, que pueden ver cómo la experiencia cambia completamente en sus móviles y ordenadores.
El mayor cambio para los usuarios de móviles es que el gobierno plantea que Android se separe de Google Play y de la búsqueda de Google. Aunque en teoría Android es un sistema operativo independiente, en la práctica la inmensa mayoría de los móviles vendidos con ese sistema también incluyen los servicios de Google, incluyendo la tienda de apps y la búsqueda.
Esto significa que los móviles con Android podrían venir sin las apps de Google preinstaladas, ya que para los fabricantes podría ser más atractivo ofrecer sus propias apps o las de otros desarrolladores. En España, Huawei es el principal fabricante que ya hace eso, aunque obligado por las sanciones de los EEUU que le impiden incluir las apps de Google.
Pero sin duda alguna, el cambio que tiene un mayor potencial de cambiarlo todo es que el gobierno quiere que Chrome sea vendido a un tercero. Este navegador ha sido la piedra angular de los planes de Google desde hace más de una década, y gracias a su gran éxito, con una cuota de mercado del 66,65% según Statcounter, la compañía ha podido guiar Internet en la dirección que ha querido. Y no todas sus decisiones han sido bien recibidas.
Recordemos que Chrome se ha encontrado en el centro de varias polémicas que pueden cambiar Internet tal y como la conocemos. Por ejemplo, Google intentó acabar con las cookies de terceros con un nuevo sistema de rastreo que prometía proteger la privacidad de los usuarios; sin embargo, los críticos afirmaban que el sistema seguía permitiendo el rastreo de los usuarios y sus intereses, y que en la práctica, daba ventaja a Google en el mercado de la publicidad online. Google no tuvo más remedio que dar marcha atrás y ahora Chrome sigue permitiendo las cookies de terceros, a diferencia de otros navegadores.
El poder que Chrome tiene sobre Internet quedó en evidencia con otra polémica reciente: Google está borrando las extensiones más usadas en Chrome. La nueva plataforma para extensiones de Chrome limita mucho más lo que pueden hacer y no faltaron quienes apuntaron que esto beneficiaba a Google, porque las extensiones bloqueadoras de anuncios y rastreadoras de usuarios eran las más afectadas.
Si el Departamento de Justicia consigue convencer al juez, Google tendría que deshacerse de Chrome y de todos los planes que tiene para el futuro del navegador. El comprador de Chrome tendría acceso instantáneo a los miles de millones de usuarios que usan el navegador a diario, y podría dirigir el navegador en otra dirección.
Por el momento, estas son sólo sugerencias del Departamento de Justicia, y es posible que ni siquiera sean tenidas en cuenta por el juez. Al fin y al cabo, Google ya ha anunciado que va a apelar la sentencia original, e incluso si se mantiene, el juez primero mantendrá una audiencia durante el próximo mes de abril, y no se espera una decisión final hasta agosto de 2025.
En declaraciones a EL ESPAÑOL - El Androide Libre, Google acusó al Departamento de Justicia de impulsar "una agenda radical que va mucho más allá de las cuestiones legales de este caso. Que el Gobierno incline la balanza de esta manera perjudicaría a los consumidores, a los desarrolladores y al liderazgo tecnológico estadounidense precisamente en el momento en que más se necesita".