Malas noticias para Sam Altman, CEO de OpenAI; puede que uno de sus mayores proyectos haya terminado en manos ajenas, y que su plan para contentar a los artistas haya fallado antes incluso de empezar. La compañía, más famosa por ChatGPT y sus avances en IA generativa, anunció una nueva IA a principios de año, llamada Sora; ahora, cualquiera puede usarla incluso sin que la compañía le haya dado acceso.
Sora se presentó como un antes y un después en la creación de contenido multimedia. Sólo con dar una frase a la IA, su modelo es capaz de generar un vídeo de gran realismo en el que aparezcan personas, animales u objetos como coches, con una calidad a veces indistinguible de la 'vida real'.
Los ejemplos mostrados por OpenAI eran sorprendentes, y daban a entender que el cine iba a cambiar para siempre; y para demostrarlo, primero ofreció acceso a artistas y cineastas, que iban a ser los que iban a experimentar con la herramienta y su potencial.
Ahora, los planes de OpenAI acaban de recibir un varapalo del que le costará mucho recuperarse. Un grupo de supuestos artistas que habrían tenido acceso privilegiado a Sora han decidido hacer público este acceso, para que cualquier internauta pueda entrar y crear sus propios vídeos. Aunque OpenAI aún no ha confirmado si realmente se trata de Sora y no de un proyecto similar, eso no ha impedido que redes sociales como X o Bluesky ya se estén llenando de vídeos creados con IA.
El grupo, que se llama a sí mismo "algunos artistas de la alpha de Sora", también ha publicado una denuncia pública contra OpenAI y sus ambiciones. Afirman que la compañía está usando a los artistas para mejorar su imagen pública y para marketing, y no para mejorar Sora ni para recibir críticas de su funcionamiento.
Desde el principio, OpenAI ha tenido un gran obstáculo para alcanzar la revolución en el arte que promociona: los propios artistas, que en su mayor parte se han mostrado reacios a esta tecnología, al sentir que le están quitando el trabajo y su expresión artística.
Ahora, este grupo afirma que, cuando OpenAI ofreció acceso a Sora a cineastas y artistas, no lo hizo para mejorar la expresión creativa y recibir críticas, sino para vender Sora como una herramienta útil para artistas. En definitiva, acusan a OpenAI de usar a los artistas para su propio beneficio, sin que estos reciban ningún tipo de compensación.
Es importante aclarar que este grupo no se muestra contrario a la generación de vídeos por IA, y de hecho, su declaración enlaza a proyectos de código abierto. Creen que esta puede ser una herramienta para los artistas, pero están en contra de cómo Sora está tomando forma antes de su lanzamiento.