Los drones están de moda. Tal es así que podemos ver cómo compañías como Google tienen sus propios proyectos con drones, o incluso podríamos fabricar nuestro propio dron con Android.
Pero hay muchas más cosas de moda, como son las impresoras 3D, tan llamativas hoy día, pero que son productos que no terminan de despegar todo lo que quisiéramos (o que la industria quisiera).
El control del espacio como principal limitación de las impresoras 3D
Pero, ¿a qué se puede deber que éstas no terminen de despegar todo lo que quisiéramos? Aparte del precio por el que pueda salir o no, una de las primeras cosas que se nos viene a la mente es que las impresoras 3D actuales presentan un tamaño relativamente grande, en el cual encontraremos un espacio concreto habilitado para la creación de nuestra impresión 3D. Pero el hecho de tener este espacio definido lo convierte en una limitación espacial.
Es decir, si queremos tener una impresora que pueda imprimir cualquier cosa, necesitamos poder imprimir en cualquier espacio, sin limitaciones, o incluso con acceso reducido.
Esto, sin duda, aumentaría potencialmente los posibles usos de éstas. Pero, ¿cómo conseguirlo?
MUPPette nos introduce la impresión 3D móvil
Con esto surge un proyecto de la mano de Gensler: MUPPette. Este proyecto consiste en un experimento mediante el cual gracias a un móvil, un dron y una impresora 3D se pueden crear objetos en 3 dimensiones en áreas remotas, pudiendo saltarnos la famosa limitación del espacio habilitado en una impresora 3D convencional.
El proyecto es un hexacóptero que incluye una impresora 3D en su parte inferior, de modo que el espacio para imprimir (cama de impresión) se vería reducido literalmente a cero, pues ya no tendríamos dicho espacio. Podríamos imprimir en cualquier sitio donde el hexacóptero tuviera acceso. Algo que es contrario a lo que hasta ahora otros ingenieros intentaban, que era ampliar el espacio de la cama de impresión.
De este modo podríamos por ejemplo empezar a pensar en impresoras 3D con funciones sociales y humanitarias, donde por ejemplo podríamos enviar drones para reconstruir un desastre natural o cualquier otra cosa.
El proyecto empezó hace un año y ahora acaba de recibir una segunda beca para continuar con la investigación y el desarrollo. Si bien es cierto que aún tiene muchas limitaciones (por ejemplo temporales, pues la impresión sigue siendo un proceso relativamente lento, o de capacidad de cargar material de impresión), las futuras mejoras podrían hacer que este proyecto fuera cogiendo más y más fuerza, pues podrían incluir sensores de sonar o GPS localizado, entre otras posibilidades.
Todo esto, si además somos capaces de gestionar el trabajo en equipo de varios drones, podría provocar en una impresión 3D muy prometedora que podría conseguir cosas hasta ahora no esperadas.
Es por ello que este proyecto necesito sobre todo tiempo, para que el esfuerzo que se está aplicando en él vea sus frutos, y desde los creadores del mismo nos incitan a que la comunidad contribuya con todo lo que pueda, para ver hasta dónde podemos esperar de la impresión 3D y cuáles son las posibilidades más prometedoras.
¿Será esto el comienzo de la era de la impresión 3D móvil?
Más información Gensler | Via 3Ders