El reto de Android Wear es enorme. En el último CES de Las Vegas hemos asistido a una nueva generación de smartwatches. Lo cierto es que los relojes inteligentes y los wearables esta edición del mayor cónclave tecnológico del mundo han pasado un poco de puntillas. Fitbit presentó un nuevo modelo con su propia plataforma, Huawei llevó una reedición de su modelo así como una versión femenina, Alcatel presentó una alternativa infantil y HTC acaparó gran parte de los focos con su banda fitness, la HTC UA Band, que cuenta con una pantalla invisible cuando no se está utilizando.
Según Juniper Research, Apple cuenta con el 52% de las ventas y Android Wear supone menos del diez por ciento en 2015
Sea como sea, la conclusión que se puede extraer es que todos quieren subirse al carro de la tecnología vestible y, sin embargo, pocos han conseguido dar en la tecla para conseguir un producto de masas. Personalmente, tengo la percepción de que este segmento de mercado no termina de despegar como muchos esperaban. Según las estimaciones de la firma Statista, se espera que se vendan 46 millones en este 2016.
La evolución que se espera del mercado
Estas previsiones son más optimistas en el caso de IDC. En 2016 esperan que se vendan -entre monitores de actividad y relojes- más de 111 millones de unidades y esperan que 2015 haya terminado con unos 80 millones de unidades vendidas. Para 2019, esperan que los wearables supongan un mercado de 214 millones de dispositivos.
Este martes, Juniper Research ha dado unas cifras que han puesto números a esa sensación de lentitud de la que hablaba. Según esta consultora, el Apple Watch, con un año en el mercado, acapara el 52% de las ventas de estos gadgets y Android Wear, por su parte, supone «menos del 10%» (la horquilla presuponemos esté entre el 9,5% y el 9,99999%).
Un 38% de relojes que no son ni Android Wear ni Apple Watch
Aquí por tanto, según los datos de Juniper Research, queda un importante trozo del pastel a repartir: un 38%. Por ejemplo, aquí habría que incluir Tizen, la gran apuesta de Samsung. En el caso del último dispositivo, el Gear S2, el informe asegura que las ventas no han estado a la altura de la buena acogida que ha tenido este reloj, que a nosotros nos agradó mucho.
El estudio dice que «pequeños jugadores» como Razer o Pebble cuentan con un importante volumen de ventas
Todo a pesar de que los surcoreanos abrieron la horquilla y decidieron hacerlo compatible con cualquier Android con 1,5 GB de RAM y la versión Kitkat del sistema operativo.
Dice el estudio que el grueso de estas ventas al margen de iOS y Android Wear sería cosa de pequeños jugadores. Ellos destacan Razer pero también cabrían aquí otros como Pebble, FitBit, Martian, X, Runtastic y demás propuestas independientes como la amalgama de dispositivos creados por fabricantes chinos como Ulefone y otros menos conocidos que han creado aparatos muy, muy básicos.
El tercer actor en discordia
IDC nos da una idea, aunque con cifras algo diferentes, similar: Apple lidera el mercado en 2015 con el 61,3% y 13 millones de unidades vendidas, seguido de Android Wear con 3.2 millones y un 15,2%. El podio lo cerraría Pebble, con un 8,6% del mercado y 1,8 millones de dispositivos vendidos.
La consultora espera que los de Cupertino, en 2019, sigan liderando el mercado con el 51,1% de cuota y 45.2 millones de unidades, Android Wear aumentaría hasta el 38,8% con 34.3 millones. En estas estadísticas aparece Samsung, ya que Tizen, según las cifras de IDC, podría suponer un 2,8% con 2,5 millones de ventas.
A día de hoy, triunfan los modelos básicos y baratos
Estas cifras pueden desatar un buen número de preguntas. El informe resalta que la situación actual viene marcada, a excepción del caso de Apple, por el impulso que han dado los dispositivos de precios más bajos y funcionalidades más básicas. Aparatos que no necesitan de un gran firmware para funcionar y que pueden acabar haciendo que la experiencia sea insuficiente, colaborando a que los wearables se dejen de lado rápidamente.
A pesar de que los fabricantes han producido varios modelos, que han dado pie a la personalización y segmentación de precios, no se han producido grande avances que hayan revolucionado la categoría. Lo cierto es que en los últimos meses, hemos visto un esfuerzo en lo que se refiere al diseño, por crear aparatos diferentes.
El oásis de Apple y el ‘giro’ de Samsung
Apple es un oasis por la propia naturaleza de su negocio y de sus seguidores. Es un aparato diseñado únicamente para un terminal lo que aumenta las posibilidades a la hora de crear interfaces u ofrecer nuevas funcionalidades, a diferencia de las que puede ofrecer una solución genérica como Android Wear.
Samsung con su Gear S2 ha conseguido esto: ha demostrado un diseño atractivo, un control -el bisel giratorio- francamente intuitivo y práctico. Sin embargo, su mayor lastre es precisamente la ausencia de una oferta consolidada de aplicaciones como podrían ser las de Google Play o las de la Apple Store.
Los surcoreanos deben apretar en este aspecto, ya que aunque ha habido avances respecto a la anterior generación -el Gear S1, por ejemplo, no servía para manejar Spotify. Ahora es posible gracias a que utiliza el player del terminal- son aún pocas para crear un ‘hit’ de masas. Será interesante, por otro lado, ver cómo integran Samsung Pay en estos dispositivos. Si hacemos caso a las cifras de IDC, la de Tizen parece una carrera de fondo.
La anemia de Android Wear, ¿hace falta un Nexus Watch?
Lo que a mi me llama poderosamente la atención es que solo uno de cada diez relojes inteligentes que se venden tenga Android Wear. Por supuesto, la ausencia de Samsung en la cartera de fabricantes que apuestan por ello es un contratiempo importante. Sin embargo, me sorprende el tímido despegue teniendo en cuenta los dispositivos creados por Sony, LG, Huawei, ZTE, Motorola o Asus, entre otros.
Comprar el Huawei Watch Classic en Amazon.es desde 360 euros
Comprar el LG G Watch en Amazon.es desde 220 euros
Comprar el Moto 360 de segunda generación en Amazon.es desde 306 euros
Hace unos días Huawei mostró que su próxima generación de relojes permitirá hacer llamadas desde el propio aparato. Ya lo vimos en el Gear S1 y cabría preguntarse si esta es una funcionalidad realmente interesante y demandada por los usuarios.
Personalmente, creo que Google debería implicarse más en la expansión de Android Wear si realmente lo concibe como una solución con futuro. Igual convendría ver un reloj en la familia Nexus para ver todas las posibilidades del formato.
Igual convendría ver un reloj Nexus para que Google demostrase las posibilidades del formato y el camino a seguir
El balón parece estar en el tejado de los usuarios. Sin embargo, parecen dispuestos a devolverlo de una patada al lado de los fabricantes.
Un estudio de Accenture asegura que solo el 13% de los consumidores pretenden comprarse uno de estos aparatos este año. Parece que los relojes necesitan más argumentos para convencer al gran público.