El Fossil Q Explorist, la tercera generación de smartwatches de Fossil, promete el diseño de un reloj auténtico con las funciones de un reloj inteligente. Lo analizamos al milímetro para contaros todo lo que debéis saber sobre el reloj.
Los smartphones han revolucionado la forma de estar siempre conectados, y los relojes inteligentes quieren ser los siguientes en hacerlo. La posibilidad de tener toda la información que viaja en nuestro smartphone, pero siempre disponible en nuestra muñeca.
Pero, y hasta ahora, sólo se han hecho notar los relojes de las marcas tecnológicas tradicionales. Samsung, Apple, Motorola, LG… todos son fabricantes que se han hecho famosos entre los smartphones. Son pocos los fabricantes de relojes que confían en estos relojes inteligentes. Pero ahora están empezando a llegar también.
Fossil Q Explorist: hoja técnica y especificaciones
Lo cierto es que el Fossil Q Explorist no muestra muchas pretensiones en su hoja técnica. Sobre el papel trae un diseño cuidado, correas de cuero y de metal intercambiables, y las conexiones imprescindibles. No nos encontramos ni sensor de ritmo cardíaco, ni conectividad LTE, ni decenas de funciones que siguen esa línea tecnológica.
- Caja redonda de acero inoxidable 46 milímetros y acero inoxidable
- Tamaño: 46 milímetros, grosor: 12.5 milímetros
- Correas de cuero auténtico y de metal intercambiables, 22 milímetros
- 4 GB de memoria interna
- Conexión Bluetooth 4.1 LE y WiFi tipo b/g/n
- Sensores: acelerómetro, giroscopio y óptico
- Resistencia al agua y polvo IP67
- Compatible con Android a partir de 4.3 Jelly Bean y con iPhone a partir de iOS 9
El Fossil Q Explorist no es un reloj que quiera ser el más tecnológico. La apuesta se dirige a aspectos como el diseño, donde los smartwatches no suelen centrarse tanto. Fossil es una compañía que lleva años haciendo relojes tradicionales, así que tiene sentido tomar esa dirección. Es donde más pueden ofrecer, donde se encuentra su fortaleza. ¿Pero lo consiguen con este reloj?
Diseño y construcción: un reloj de verdad
El aspecto donde este reloj brilla es en el diseño. En la muñeca no parece un gadget, no es como estos relojes de fabricantes tecnológicos que llaman la atención nada más lo ves. El diseño en general del reloj no da a entender que se trata de un producto tecnológico. Por supuesto, la cosa cambia cuando la pantalla se ilumina.
El reloj quizás puede pecar de ser un poco grande. En comparación a un Samsung Gear S2 es enorme, por ejemplo. Si te gustan los relojes pequeños, o tienes una muñeca muy pequeña, puede hacerse demasiado grande. En un uso cotidiano no es molesto, y ese tamaño extra ayuda a visualizar mejor la información en el reloj.
Además, la pantalla redonda cubre todo el frontal del reloj. No tiene franjas oscuras, como pasaba en el reloj con Android Wear de Motorola. La pantalla redonda cubre todo hasta el marco metálico, que se mantiene en línea con la pantalla sin elevarse. Quizás incluso la pantalla está elevada un milímetro o dos respecto al marco, algo que sólo podemos notar con la uña. Es casi imperceptible, a simple vista es una única superficie plana.
Los materiales también derrochan calidad. La corona, botones, caja y bisel están construidos en acero inoxidable, en color metálico y azul. La carga se hace con un cargador por inducción que se adhiere a la parte trasera con un imán. El botón central puede rotar y pulsarse, mientras que los botones secundarios sólo se pueden pulsar.
El reloj sí es un tanto pesado en la muñeca. Te terminas acostumbrando, pero no es tan ligero como un reloj tradicional o su competencia más pequeña. No es molesto, pero es algo a tener en consideración. También viene con correas de cuero y metálicas, por lo que el peso sólo del reloj se nota más cuando usas el de cuero.
Una cierta nota negativa viene con el botón central. Al principio funciona de maravilla, sin ninguna pega. Pero con el paso del tiempo pierde algo de fuerza, haciéndose más blando. Sigue funcionando sin problemas, no afecta al funcionamiento, pero perdemos la sensación de pulsarlo. Y, si lo llevas demasiado suelto, activarás más de una vez el reconocimiento de voz de Google.
En definitiva, estamos hablando de un reloj bien hecho. El diseño de este Fossil Q Explorist está trabajado y no va gritando gadget por la calle, sino que se muestra como un reloj. Los materiales no decepcionan, y lo único que puede suponer una pega para algunos es el tamaño y el peso.
Rendimiento: Android Wear sigue sin brillar
Por desgracia, la mano de Fossil se acaba en cuanto hablamos del interior del reloj. Android Wear, la versión para wearables de Android, es la encargada de hacer funcionar al reloj. Es decir, el funcionamiento del Fossil Q Explorist depende por completo del buen hacer de Google con su sistema operativo para relojes inteligentes.
Lo cierto es que no funciona mal al principio. Las últimas versiones de Android Wear permiten que el reloj tenga una cuenta de Google, que no dependa del móvil para todo. Podemos instalar aplicaciones desde Google Play en el propio reloj, sin tocar el teléfono. La selección es muy limitada, pero nos encontramos clásicos como Spotify o Google Maps.
Aunque lo cierto es que he usado estas aplicaciones poco. Mucho más aprovechada está la habilidad de abrir un proceso en el móvil y continuarlo en el reloj. Por ejemplo, pedir instrucciones desde el móvil a Google Maps o a Citymapper para llegar a un sitio, y que el reloj abra automáticamente la aplicación con las indicaciones. Lo mismo pasa con los controles de música o con Google Fit.
Y la pantalla siempre encendida es otro de los aciertos. La pantalla en los modos por defecto nunca se apaga; se pone en una especie de modo atenuado. Cuando levantamos el reloj para verlo, en vez de encender la pantalla se ilumina. Y no sólo funciona con la hora, el modo de pantalla siempre encendida también funciona con algunas aplicaciones y queda muy bien.
Pero Android Wear tampoco es un camino de rosas. La bajada de rendimiento y los problemas de navegación se hacen patentes cuando el reloj pasa varios días encendido. Los botones a veces tardan demasiado tiempo en responder, en hacer la función que deben hacer. Y las aplicaciones instaladas en el reloj tardan un buen rato en funcionar.
Y una de esos pequeños detalles que molestan mucho es el funcionamiento del botón central. Pulsarlo siempre nos llevará a la pantalla inicial, y cuando estamos en la pantalla inicial nos llevará a la lista de aplicaciones. El problema es que siempre tienes la tentación de pulsarlo cuando quieres seleccionar algo, usando su función giratoria. Y cierras la aplicación. Es un detalle nimio, pero en el que he caído decenas de veces.
Y todo esto, en realidad, es una queja a Android Wear. Google empezó con buen pie, más si tenemos en cuenta lo nuevo que eran los smartwatches cuando empezaron a salir al mercado. Pero Android Wear 2.0 no ha sido la gran actualización que todos esperábamos.
Mientras, la última versión de watchOS hasta llega a predecir posibles problemas de corazón. No es una comparación justa, Apple tiene el control sobre el único reloj que utiliza watchOS. Pero eso no hace que la comparación sea menos odiosa. Android Wear tiene que mejorar todavía mucho. Y encima está llegando al punto de ser abandonado, como le ha pasado en cierta parte a Android TV. ¿Cómo vamos a confiar en los sistemas de Google si no les dedica toda la atención que podría?
En definitiva, el Fossil Q Explorist llega a ser un reloj lastrado por Android Wear. Podría tener mucho más potencial, pero el sistema operativo móvil de Google no es el mejor.
Batería: en la media y sin sorpresas
La batería también viene condicionada, en gran medida, por el propio Android Wear. Es cierto que Fossil puede meter baterías más y más grandes, pero estamos hablando de un reloj que debe tener un tamaño contenido. La clave de que la batería funcione es que Android Wear esté bien optimizado. Algo que podría ser mucho mejor.
Fossil, en su página web, estima que la duración de la batería es 24 horas. La medición es acertada, e incluso podríamos llevarlo un paso más allá. Con un uso normal pero constante aguanta un día con carga de sobra. Podemos estirar hasta el día y medio, pero nos quedaremos con el reloj en modo de ahorro de energía llegada la tarde, y apagado en cuanto llegue la noche.
En nuestras pruebas ha estado siempre con pantalla siempre encendida, conectado a un smartphone Android con notificaciones, control de música en Spotify e indicaciones GPS en Google Maps y Citymapper. Es un uso algo intenso en comparación a usarlo para notificaciones y hora, o mantener la pantalla apagada. Si lo usamos sólo para eso, y jugamos con el modo de ahorro de energía, llegamos a los dos días sin problemas.
Pero, y en cualquier caso, no esperéis estar días sin cargar el reloj. Lo normal es poner el reloj a cargar junto al móvil cuando te vayas a dormir. El cargador es por inducción, se adhiere a la parte de atrás del reloj, y quizás el imán no tiene la suficiente fuerza para asegurar la carga. Me ha ocurrido alguna vez dejarlo una noche encima del cargador y que no se haya cargado.
Estamos más que acostumbrados a ello y es la tónica general con los relojes inteligentes. Pero sí es cierto que desearíamos que las baterías de los smartwatches durasen mucho más. El Fossil Q Explorist cumple con las expectativas, a pesar del gasto de energía que hace Android Wear. Teniendo en cuenta que hablamos de pantalla siempre encendida, cumple con creces, en realidad.
Pero, si estás esperando un milagro en materia de duración de batería, este no es tu reloj. Es un smartwatch que vas a tener que cargar también mientras duermes, como ya haces con el smartphone o el portátil.
Conclusiones: un reloj que gana en lo suyo
El Fossil Q Explorist apuesta desde el principio por cuidar el diseño, y lo consigue. No estamos hablando de un reloj que quiera ser el más tecnológico, ni el que más funciones tiene, ni el que mejor mida cuánto ejercicio haces. Hablamos de un reloj que quiere destacar en acercarse lo más posible a un reloj.
La nota negativa, en cualquier caso, viene de la mano de Android Wear. Le queda mucho trabajo a Google, muchísimo, y no se merece el abandono que está sufriendo la plataforma. Si de verdad Google quiere plantar cara a rivales fuertes como Apple o Samsung, más les vale ponerse las pilas pronto. Para poder competir, y para no abandonar a quienes ya han confiado en Android Wear.
Si estás dispuesto a perdonar los fallos de Android Wear, y si buscas un gran diseño en un reloj discreto, es tu reloj. No es un reloj para los que quieren que tenga cientos de funciones, o para quienes quieran presumir de tecnología. Es un reloj para los que quieran algo bonito que funcione.
El Fossil Q Explorist está disponible desde 268€ en tiendas como Amazon. Ese precio corresponde a la versión con correa de cuero, mientras que la versión con correa metálica sube a los 297€. También está disponible en varios colores de caja.