Hay momentos en los que las ventas de televisores sufren un fuerte ascenso. A veces es una celebración deportiva, otras la irrupción de una nueva tecnología. Actualmente parece un buen momento para actualizar nuestro televisor, si el diseño lo permite, porque estamos obligados a estar en casa más de lo normal. Es lo que tiene una cuarentena.
Personalmente habría cambiado mi antiguo televisor de 40 pulgadas con 12 años en este mismo momento si no fuera porque lo hice hace seis meses, a finales del año pasado, al aprovechar una extraordinaria oferta en El Corte Inglés.
Me compré la Philips 55PUS7304, que normalmente cuesta 849 euros, por 499 euros. Obviamente fue una oferta muy puntual, pero por suerte hoy la tenemos también en oferta, a 549 euros.
Lo mejor de este televisor con Android TV
Después de medio año usando este modelo puedo comentar las ventajas e inconvenientes que tiene. Lo primero que hay que dejar claro es que este modelo, y más con esta oferta, está pensado para los que quieren un buen televisor pero no buscan la máxima calidad. Obviamente para ello deberíamos pagar mucho más dinero. Así pues, nos olvidamos de paneles OLED con negros increíbles o de diagonales gigantescas.
El tamaño es el perfecto para equilibrar experiencia de visionado y facilidad de uso. Las 55 pulgadas son en mi caso lo máximo que me cabe en el mueble. En este sentido también ayuda que use una peana central, no dos patas laterales, por lo que necesita menos espacio.
Además, se puede girar de forma cómoda, algo que no todos los televisores de este precio permiten. La construcción es muy buena, con piezas metálicas.
Entrando ya en el apartado técnico hay que destacar que la memoria de esta TV es algo superior a la de la mayoría, con 3 GB de RAM y 16 GB de almacenamiento. Esto permite una navegación mucho más fluida por los menús y aplicaciones. El procesador es un chip propio, uno de cuatro núcleos llamado Core P5. Y se nota la diferencia con otras teles de marcas como TCL o Xiaomi, que he podido probar.
Por supuesto, tiene Android TV en su versión 9 y es compatible con el asistente de Google, que se invoca desde un botón en el mando a distancia. Además, desde la última actualización también permite integración con Alexa, que puede encender y apagar la tele, cambiar de canal o subir y bajar el volumen.
La calidad de la pantalla es la esperable para un televisor de este precio, incluso algo mejor. No tiene un panel OLED, pero sí cuenta con uno con resolución 4K, HDR10, Dolby Vision, Dolby Audio y un sistema de imitación de 120 fps, aunque esto último poca gente lo valora.
Las conexiones disponibles son 4 puertos HDMI (con HDCP), 2 USB, un conector Satélite, un conector Common Interface +, salida Digital Óptica, RJ45, Salida de auriculares y CVBS.
No olvidemos el mando, que dispone de accesos directos a servicios como Netflix o Rakuten, y que con las apps adecuadas nos permiten mapear otras aplicaciones.
Y como guinda al pastel el llamativo Ambilight, un sistema de iluminación creado por Philips que permite una inmersión mayor en las películas más coloridas y que, de paso, ayuda a mejorar los negros al no dejar la luz tan baja cuando estamos de noche viendo la tele sin lámparas encendidas.
Personalmente me volvería a comprar este modelo al precio que pagué y también al que está ahora. Un televisor con Android TV bueno, bonito y barato.
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