Se esperaba que la nueva presentación de Xiaomi fuese sonada, y así ha sido. Con dos vertientes: por un lado por el móvil presentado, por otro debido a que el fabricante chino se ha desdoblado en una nueva marca con Redmi. La clave está en ofrecer más por aún menos, ese es el sentido de tener nombres como Poco o ahora Redmi. Y dicha economía también está en la cámara.
Los números altos siempre llaman la atención, igual que los bajos. Especialmente si en la ficha de un teléfono coinciden ambos extremos. ¿48 Mpx de cámara por poco más de 120 euros al cambio? Parece ciertamente imposible, pero hay un truco escondido: los sensores.
Si has indagado en el hardware del teléfono te habrás dado cuenta de una controversia: el Qualcomm Snapdragon que mueve el Redmi Note 7 es un 660, un SoC con un ISP que admite como máximo sensores de 25 Mpx. Así que, dado que la cámara montada en el teléfono hace fotos de un tamaño superior a lo que permite el procesador encargado de manejar las imágenes, las fotos que guarde el móvil no serán a 48 Mpx.
El sensor fotográfico del Redmi Note 7 dispone de una tecnología que combina 4 píxeles de 0,8 um en uno de 1,6 um
La clave del sensor montado en el Redmi Note 7 de Xiaomi es la combinación de cuatro píxeles pequeños para obtener un píxel de tamaño mayor. Concretamente, de 1,6 um partiendo de 0,8 um. Esto consigue que la imagen sea más luminosa y de mayor nitidez, algo que, por lógica, está alejado de un móvil tan barato como el Redmi Note 7.
El sensor incluido en el teléfono ultrabarato presentado hoy es un Samsung ISOCELL S5KGM1. Posee tecnología Tetracell, una tecnología que combina 4 píxeles adyacentes para que trabajen como un solo píxel de tamaño mayor. Gracias a esto no solo se obtienen imágenes más luminosas y de mayor nitidez, como decíamos, también resulta posible que el Snapdragon 660 sea capaz de procesar las imágenes capturadas. De no ser por las cualidades propias de la tecnología Tetracell un móvil tan barato como el Redmi Note 7 no podría montar jamás una cámara de 48 Mpx.
Vale, el Samsung S5KGM1 funciona con tecnología Tetracell para que una imagen de 48 Mpx pase a ser de 12 Mpx. Pero ¿qué ocurre con la versión Pro anunciada?
Cambia el sensor, del citado ISOCELL de Samsung a un Sony IMX586. El caso es que la base de su funcionamiento es el mismo: combinar cuatro píxeles adyacentes de 0,8 um para crear un píxel de tamaño mayor y más luminoso (de 1,6 um, igual que en el caso del Samsung). Sobre el papel lo que cambia es el rendimiento y la calidad del sensor, no el funcionamiento; y seguiría siendo apto para el ISP del Snapdragon 660 ya que las imágenes resultantes serían de 12 Mpx.
Más megapíxeles para que las fotos procesadas sean más pequeñas, pero mucho mejores
Tetracell en el sensor de Samsung y Quad Bayer en el de Sony, dos nombres distintos para tecnologías que utilizan la misma inspiración: reducir el tamaño de las fotografías manteniendo el máximo posible de información. Esta es la clave para que los móviles baratos hagan buenas fotos: además de que no engordan el precio, los sensores S5KGM1 de Samsung e IMX586 de Sony funcionan sin que el fabricante deba incluir un procesador más potente y, por ende, más caro.
Xiaomi avisa del funcionamiento de la cámara en la letra pequeña, justo en la parte inferior de la ficha del Redmi Note 7. Los futuros dueños del teléfono dispondrán de fotos de 12 Mpx en los modos de cámara, también en las aplicaciones que usen dicha cámara. Xiaomi sí especifica que será posible obtener imágenes de 48 Mpx, pero solo en el modo Pro. Seguramente por la opción de obtener el RAW a tamaño real.
A falta de probar físicamente el Redmi Note 7 de Xiaomi, el móvil tiene muy buena pinta. Materiales de calidad, diseño premium, un hardware más que decente y una cámara que, pese a sus controversias, sí que aprovecha las ventajas de disparar a gran tamaño. Por 123 euros al cambio no está nada mal.