La tecnología no dura para siempre, y hay ciertos dispositivos o componentes que con el paso del tiempo pueden degradarse ligeramente y reducir su eficacia o funcionamiento. Ese era el motivo por el cual en España mucha gente se acaba quejando del rendimiento de su batería con el paso de los años.

Al principio, se trata de un componente en los smartphones que suele funcionar a la perfección, pero es posible que debido a un mal uso o simplemente al paso del tiempo, esta disminuye su capacidad total. No es alarmante en la mayoría de casos, pero suele provocar que el dispositivo cuente con una menor autonomía en el día a día, y esto puede empeorar la experiencia bastante.

Por suerte, existen algunos trucos que son capaces de prolongar ligeramente la duración diaria de la batería, haciendo que tu móvil pueda aguantar siendo utilizado algunas horas más. Eso sí, hay que tener en cuenta que estos métodos pueden hacer que algunas funciones, como la sincronización en el segundo plano, no funcionen igual de bien que de costumbre.

Desactivar sensores

A la hora de intentar ahorrar batería es importante tener en cuenta que todas y cada una de las funciones que tenga activas el dispositivo pueden tener, en mayor o menor medida, impacto directo en la duración de batería del dispositivo. Por tanto, apagar alguna de estas funciones puede hacer que esta dure más.

Empezando por lo más básico, la ubicación o el giro automático son dos opciones que conviene desactivar para contribuir a este ahorro de batería. Pero no son las únicas. Si tu dispositivo cuenta con una pantalla de tecnología AMOLED, tendrá una opción en los ajustes dedicada a la pantalla siempre activa.

Se trata de unos indicadores que se ubican en la pantalla de bloqueo cuando el móvil está apagado y que brindan información útil sin tener ni siquiera que encender la pantalla. Esta información no tiene un consumo excesivo de batería, pero si se desactiva y se combina con el resto de opciones se puede notar su impacto.

Apagar estos sensores y funciones hace que el dispositivo tenga una menor carga de trabajo y, por tanto, que requiera de un menor consumo energético para funcionar, lo cual siempre es positivo de cara a hacer que tengan un menor consumo en estado de reposo. 

Activar ahorro de batería

Todos los smartphones y tablets cuentan de forma nativa con un modo de ahorro de batería. Por lo general, este se activa de forma automática cuando el dispositivo no le queda mucha carga. Sin embargo, también es posible activarlo a voluntad del usuario en cualquier momento del día, e independientemente del nivel de carga que tenga el dispositivo.

Hay que tener en cuenta y activar este modo implica que el dispositivo dejará de llevar a cabo la sincronización en segundo plano que utilizan muchas de las aplicaciones. Esta sincronización es la responsable de, por ejemplo, hacer que lleguen las notificaciones de forma instantánea a Gmail o de que aparezcan los eventos en el calendario que se han creado en nuestra cuenta desde otro dispositivo.

Al encender el ahorro de batería, esta transmisión de datos en segundo plano no se iniciará automáticamente, por lo que habrá que abrir las aplicaciones si queremos ver sus notificaciones. Eso sí, a cambio se conseguirá alargar la autonomía, por lo que es noción muy recomendable para aquellas situaciones en las que queramos priorizar que el teléfono no se apague.

Una de las mejores posibilidades que ofrece este modo es el de poder activarse automáticamente cuando la batería baje hasta cierto nivel. Desde los ajustes se puede configurar para que el modo de ahorro de batería se enciende automáticamente, por ejemplo, al llegar a un 20% de batería.

Cuidado con la pantalla

La pantalla es uno de los elementos del smartphone que más batería puede llegar a gastar. De hecho, lo más normal es que cuanto mayor sea la resolución y tasa de refresco del panel, mayor será su consumo energético, y es conveniente vigilar los ajustes de la pantalla cuando se necesite alargar un poco la batería del teléfono.

Por una parte, muchos dispositivos dejan elegir al usuario la resolución de su pantalla, permitiendo establecerla en QHD+, Full HD+ o HD+. Si se quiere ahorrar la mayor cantidad de batería posible, lo mejor será apostar por el último modo.

Lo mismo sucede con la tasa de refresco del panel. Esta se puede establecer en baja, en alta o en automática. Esta última opción está bastante bien para usarla en el día a día, ya que irá cambiando de forma dinámica para ajustarse a lo que haya en pantalla. Sin embargo, para reducir al máximo el consumo energético, lo mejor es ponerla en bajo.