¿Os imagináis que nuestro dispositivo móvil pudiera detectar si estamos aburridos? Podría parecer absurdo, pero sin duda podría dar mucho juego en determinado tipo de aplicaciones.

Desde los departamentos de investigación de Telefónica, un equipo formado por varios investigadores afirman haber dado con un algoritmo que puede calcular cuándo una persona ha entrado en una fase de aburrimiento.

Telefónica investiga sobre detección de aburrimiento

Para ello, Telefónica ha utilizado factores  como el tiempo transcurrido desde la última llamada o mensaje recibidos, la hora del día, o la intensidad y uso que le estamos dando al dispositivo. Tal es así, que afirman haber conseguido un 83% de acierto en la detección del aburrimiento.

Quizá pueda parecer un poco pretencioso todo este tema, pero podríamos considerar este trabajo como la evolución de otros ya hechos, como el desarrollado por Triggerhood, quienes montaron un software que permitía a las aplicaciones determinar cuándo era el mejor momento para recibir notificaciones en base a datos sobre el uso que le damos al teléfono.

De este modo, Telefónica, inicialmente, por medio de una aplicación Android pedían a los participantes que dijeran su nivel de aburrimiento varias veces al días durante un par de semanas, lo que serviría como datos de interés a la hora de definir qué es aburrimiento para cada usuario.



De esta forma, podíamos sacar resultados como que los más aburridos tenían un uso más intenso de su teléfono o cuántas aplicaciones utilizaban…

Tras esto, otra aplicación ya nos permitía ver si el usuario estaba aburrido o no en base a los datos. Posteriormente procedieron al envío de alertas para revisar un artículo específico, donde sacaron como resultado que los considerados ‘aburridos’ tendían a entrar a leer el artículo en comparación con los que no eran detectados como estar en una de estas fases.

¿Es correcto hablar de aburrimiento?

Pero todo esto nos hace pensar: ¿es correcto hablar de aburrimiento como tal? Algunos expertos creen que ni siquiera el propio usuario podría valorar si está aburrido o no (como Telefónica les pedía en esa fase inicial), pues a veces nos vemos condicionados por nuestro propio subconsciente.  De hecho, sugerían como alternativa que en lugar de preguntar directamente les sugirieran jugar a algún juego concreto y ver si accedían y durante cuanto tiempo.

Pero esto no quita que el aburrimiento no sea algo cuantificable en sí, por lo que habría que ver hsata qué punto lo podríamos denominar así o no.

El caso es que el gran interés de todo esto radica en que hay grandes compañías interesadas en detectar estas posibles fases de aburrimiento, y que además seamos capaces de identificar perfiles de usuarios para ver qué tipo de contenidos les gustaría ver en cada una de las fases por las que pasen. De este modo, conseguirían introducir contenido en los usuarios en los momentos que más receptivos estén, y hoy en día hacer llegar contenido a los usuarios finales puede resultar clave en el éxito.

Sean cuales sean las conclusiones, el hecho de intentar detectar cosas tan ambiguas como puede ser el aburrimiento es algo realmente interesante y curioso (al menos el ver por dónde lo enfocan), y sin duda este tipo de avances podrían acabar en una nueva forma de interacción hombre-dispositivo y, especialmente, dispositivo-hombre.

Vía TechnologyReview