Qué hemos perdido respecto a los móviles antiguos
Os mostramos una serie de funciones que los smartphones no tienen con respecto a los móviles antiguos para sacar ese lado más nostálgico.
19 marzo, 2016 20:00Hay momentos para el recuerdo, especialmente en el sector tecnológico, donde a veces, dada la rapidez con la que evoluciona el ecosistema, no tenemos tiempo casi para digerir las novedades. Y el mercado que más resalta dentro del sector tecnológico no podía ser otro que el sector de los dispositivos móviles.
La llegada del móvil cambió para siempre la sociedad, pero también la evolución del mismo ha ido cambiando a lo largo de los años. Por ello, os traemos algunos de los aspectos que se han perdido durante la evolución de los móviles, para sacar las lágrimas de los más nostálgicos.
Los móviles antiguos, más resistentes que un ladrillo
¿Recordáis el Nokia 3210? Era un móvil que llegó a considerarse casi legendario debido a su resistencia. Era un móvil capaz casi de enterrarnos antes que llegar a romperse.
Daba igual la altura a la que cayera, cómo fuera el golpe… Que como mucho saltaba alguna pieza de la carcasa la cual volvíamos a poner en su sitio y como nuevo. De hecho, ¿cuántos padres le han dejado el móvil a sus hijos pequeños un momento para que dejaran de llorar, sin miedo a que se rompiera?
Sin embargo, eso ya no es así, y ahora es relativamente sencillo que un móvil se rompa con una caída de lo más simple: basta que sea un mal golpe, por ejemplo con la pantalla hacia abajo.
Cuanto más pequeño, ¿mejor?
Cuando los primeros móviles surgieron, éstos eran grandes y toscos: era parte de la evolución tecnológica.
Poco a poco, conforme mejoraban los componentes electrónicos, iban reduciendo su tamaño, llevando a un mercado que sólo pretendía una cosa: el móvil más pequeño del mundo. Todo lo demás, se consideraba un ladrillo.
Sin embargo, el tiempo pasó, y cuando llegamos a un mínimo de tamaño, de repente aparece el dispositivo táctil, y cada vez es más importante que el tamaño sea grande, justo lo contrario hasta ese punto. Ya lo único que importaba era hacerlos cada vez más grandes para tener pantalla más grande, si bien siguen compitiendo por el dispositivo más delgado. Pasábamos así de comparar los móviles con ladrillos, a poder hacerlo ahora con azulejos.
La antena vs el diseño
¿Quién no ha tenido un móvil con antena externa? Antiguamente era, tecnológicamente hablando, casi imposible tener un móvil sin una antena que sobresaliera del cuerpo del mismo para tener una buena señal. De hecho, los móviles sin dicha antena se cotizaban más al alza ya que se consideraba un extra.
Hoy día podemos ver la importancia del diseño y la apariencia de nuestro móvil, pero a pesar de los fabricantes y lo que cambian, todos coinciden en algo: la antena no tiene cabida ya. Ya es parte del cuerpo del dispositivo móvil, incluso aunque puedan ocurrir casos conocidos como fue el AntennaGate de Apple en su día. De hecho, ¿alguno de vosotros estaría dispuesto a comprar un modelo con antena externa?
Sin sitio para el receptor de radio FM
Antes no teníamos el acceso a Internet que tenemos hoy día desde nuestros móviles, ni tal capacidad en cantidad de datos ni en velocidad. Por eso, tener receptor de radio FM se podía presentar como clave para elegir uno u otro dispositivo, pues nos servía para olvidarnos de tener que usar una radio aparte o un reproductor MP3 con radio.
Pero Internet llegó y evolucionó, con lo que la tendencia de los usuarios hacia la red y el streaming permitió que los fabricantes de móviles pensaran en ahorrar en material y espacio suprimiendo en la mayoría de sus dispositivos, tal como hiciera Samsung en su Galaxy S4.
Esto llevó también a que los desarrolladores se lanzaran a crear una gran cantidad de aplicaciones para escuchar la radio de forma online, abriendo así un nuevo mercado de aplicaciones y terminado de enterrar al receptor de radio FM.
Pero, ¿no lo echarías de menos en situaciones que no tengas acceso a Internet, como puede ser zonas sin cobertura o en países extranjeros sin roaming?
Los cambios de batería, también obsoletos
En los móviles antiguos, las baterías no cobraban la importancia que cobran hoy día, pues anteriormente no debían ni alimentar los procesadores de hoy día, sino tampoco las pantallas tan grandes y con tanta resolución de hoy día. Por ello, era frecuente ver cómo la batería podía durar varios días en casi cualquier dispositivo.
A pesar de eso, muchos usuarios acababan teniendo una segunda batería, la cual se cambiaba de una forma tan sencilla como era quitar la parte trasera de la carcasa y reemplazar una por otra. De hecho, a veces cuando se nos caía el móvil la batería podía acabar ya por otro lado del mismo golpe (bastaría con volverla a poner).
Pero entonces la evolución de los móviles hacia las carcasas unibody trajo consigo la complejidad a la hora de cambiar las baterías (incluso en algunos modelos llegando a ser imposible). Y el colmo era que las baterías cada vez duraban menos entre carga y carga, debido al consumo de los nuevos componentes electrónicos.
El siguiente pasó fue el concepto de batería externa (o funda con batería), pero ésta no era como la de antaño (reemplazar una por otra). Ésta consiste en conectar a nuestro móvil otra batería la cual estará recargando la batería original de la misma. ¿Echáis de menos el sencillo cambio de batería?
El accesorio de tu viejo móvil: los colgantes para el móvil
¿Quién no recuerda ese pequeño enganche que traían la mayoría de móviles donde podíamos colgar un pequeño y simpático colgante?
Esta moda llegó hasta tal punto que incluso conocidas marcas llegaron a comerciar sus propios colgantes:
Incluso algunos fabricantes de dispositivos móviles nos daban con el móvil un colgante que servía a su vez para limpiar la pantalla.
Sin embargo, los nuevos dispositivos móviles ya no tienen este anclaje sobre el que poner nuestro colgante, por lo que se han perdido totalmente, a pesar de algunos intentos por mantener dicho concepto:
Interesados en el politono, hasta que fue gratis
Hay veces que hemos de reconocer que la humanidad puede llegar a ser un poco estúpida (perdón por la expresión).
Cuando empezó la fiebre de los móviles, ¿quién no recuerda la cantidad de publicidad que recibíamos para conseguir una determinada canción en nuestro móvil? Previo pago claro, y no precisamente económico, pues si leíamos la letra pequeña podía llegar a costar hasta varios euros o incluso alguna suscripción Premium. Pero, a pesar de todo ello, eran muchas las personas que acababan comprando algún politono.
Después, la llegada del smartphone trajo consigo el hecho de poder hacer cosas que hasta entonces no podíamos hacer con el dispositivo. Y una fue poder asignar un tono por defecto del móvil o incluso incluir nuestro propio MP3 como tono.
Pero, ¿qué ocurrió? Ahora es mucho más frecuente ver a la gente con el tono por defecto en el dispositivo que con uno particular. ¿O no habéis pensado alguna vez que sonaba vuestro móvil y era el de otra persona en el mismo sitio?
La cultura del toque, otro caso perdido
Antiguamente no teníamos disponible el acceso a Internet de hoy día, ni a aplicaciones como WhatsApp o similares. Esto nos llevaba a tener que utilizar los SMS como opción de comunicación. En España un SMS solía costar unos 0.18€ más IVA, con lo que en los caracteres limitados que teníamos disponibles, éramos capaces de escribir muchísimo contenido, con perdón de la RAE.
Pero aun así las personas buscaron la forma de ahorrar dinero, y se utilizaba el toque (hacer una llamada muy corta para que el otro usuario tuviera una llamada perdida nuestra). Así acordarse de alguien era tan sólo darle un toque (o estar muy aburrido). Pero incluso se llegó a establecer un lenguaje de toques: por ejemplo un toque era sí y dos no. Es cierto que esa funcionalidad sigue disponible, así como el SMS o MMS, pero ¿quién la utiliza ya teniendo tantísimas formas de comunicación como tenemos?
La mítica serpiente de Nokia
Sí, es cierto que hoy día tenemos infinidad de juegos disponibles para descargar. También es cierto que tenemos el juego de la serpiente disponible en Google Play para descargar. Es cierto que los gráficos de hoy día no tienen nada que ver los gráficos (que no había) de antaño.
Pero al igual que en PC podemos encontrar juegos míticos sin importar la tecnología (por ejemplo los Lemmings), jugar al juego de la serpiente original, el que podíamos encontrar en nuestro Nokia, eso es algo mítico. Algo que ninguna aplicación podría igualar para los más sentimentales.
Y con esto terminamos, pues estamos algunos ya con las lágrimas saltadas.