Están siempre en todos los titulares relacionados con los emoticonos. «Unicode aprueba…«, «Google propone a Unicode…«, «Llega Unicode 9.0 a Android…«; Unicode está en boca de todos a la hora de hablar de emojis, y resulta lógico preguntarse qué o quién está detrás de este misterioso nombre que acompaña a todas las noticias relacionadas con emoticonos. El Unicode es un estándar, y está representado por un comité cuyo trabajo va mucho más allá de regular los iconos que utilizamos a diario en el móvil.
Unicode, el origen
Pero primero conozcamos el origen de todo el asunto. Corría el año 1987, The Police se había separado sin aviso previo y tres personas llamadas Joe Becker (empleado de Xerox), Lee Collins y Mark Davis (estos dos últimos de Apple) empezaron a trabajar en una idea que permitiera unificar bajo un mismo paraguas todas las letras de los diferentes idiomas del mundo. Si no se introducía pronto un estándar, lo que terminaría ocurriendo es que llegaría un momento en el que simplemente habría ordenadores que no serían capaces de mostrar los caracteres de otros idiomas.
Allá por los años 90, el Unicode nació con el objetivo de asignar un código único y universal a todos y cada uno de los caracteres de las lenguas existentes en ese momento
Así, muchas reuniones después, en el año 91′ comenzó a ponerse en marcha el proceso que tenía como objetivo dar a conocer el estándar de Unicode en todo el mundo. Este proceso dio vida al «The Unicode Standard – Worldwide Character Encoding«, el primer libro que incluía la recopilación de los códigos asignados a cada uno de los caracteres. En este enlace (PDF) podéis ver la portada y la contra-portada del libro que vio la luz en ese año, y en este otro enlace (PDF) podéis ver la portada y contra-portada del segundo volumen del mismo libro.
A diferencia de ASCII (el que por aquel entonces era el estándar oficial en Estados Unidos), el Unicode presentaba ventajas que pronto serían recibidas con los brazos abiertos por empresas de la talla de Microsoft, IBM, Apple, Sun, Adobe o HP. Este estándar abarcaba todos los idiomas activos del mundo, y contaba con símbolos científicos y matemáticos, cosa que por ejemplo ASCII no era capaz de ofrecer. Tal fue su impacto que, en el año 1992, la revista PC Magazine publicaba un artículo titulado «Kiss Your ASCII Goodbye (PDF)» en el que se afirmaba que «[el Unicode] finalmente podría romper la barrera del idioma en los PCs«. Y vaya si fue así.
El trabajo de Unicode, mucho más que unos simples emoticonos
El Unicode no solamente regula los emoticonos, sino que también es el responsable de que podamos leer los caracteres de idiomas de países ubicados en las partes más remotas del mundo
Cada vez que pulsas una letra en el teclado de tu móvil, cada vez que envías un emoticono a un amigo y siempre que entras a leer las redes sociales lo que estás viendo son caracteres que tu dispositivo es capaz de interpretar gracias al Unicode. Si estás viendo este emoticono (pulsa aquí para verlo) no es porque te esté llegando tal cual en forma de imagen, sino que es tu ordenador el que interpeta que el código de U+1F64C que Unicode ha asignado a este emoji corresponde al icono de las dos manos apuntando hacia arriba. Es más, si haces una captura del emoticono y la compartes en la sección de comentarios, verás que habrá otros usuarios que están viendo un icono completamente diferente al que aparece en tu pantalla.
Lo mismo se aplica para el texto. Para que puedas ver esta letra del alfabeto chino 台 o esta otra letra del inestimable alfabeto polaco ł, primero ha sido necesario que Unicode asignara los códigos de 台 (U+53F0 en Unicode) y ł (U+0142 en Unicode) a cada una de ellas, respectivamente (es más, prueba a buscar los códigos que están en letra cursiva en Google, verás la sorpresa). Después, una vez se estableció en su día que ese era el código que representaba ambos caracteres, ya han sido los fabricantes los que han decidido el diseño que quieren dar a la letra que se esconde detrás.
Unicode no decide los diseños de los emojis, solamente se encarga de mantener el estándar
Son los fabricantes los que deciden el diseño de un emoticono; Unicode se limita a asignar a la propuesta un código que permanecerá invariable para el resto de la historia de la informática
Un detalle que merece mención especial es que Unicode no es la responsable del diseño de los emoticonos que llegan a nuestro móvil. De lo único de lo que se encarga este consorcio es de proporcionar el código numérico y la representación en blanco y negro de los emojis que pasan la aprobación, pero son las empresas las que hacen llegar los diseños que quieren aplicar en sus emoticonos. De ahí que un emoji de una sonrisa enviado desde un móvil de Samsung luzca un aspecto completamente diferente en un iPhone, por ejemplo.
¿Y por qué es tan lento el proceso que recorre un emoticono hasta que recibe el visto bueno para hacerse público? Desde que Google hizo la propuesta de los últimos 11 emoticonos hasta que Unicode ha aprobado su incorporación, por ejemplo, han pasado dos meses, un tiempo que puede parecer excesivo teniendo en cuenta lo banal de la modificación. Esta demora, explica Unicode, se debe a que la única forma de mantener estable su estándar pasa por llevar a escrutinio cada carácter que pasa por sus mesas.
Denominados por ellos mismos como los «shadowy emoji overlords» (los señores oscuros del emoji), los miembros del comité Unicode se reúnen cada año para discutir asuntos relacionados con este estándar
Y no penséis que la elección de los emoticonos se realiza en un sótano oscuro de la América profunda. Cada año tiene lugar la Unicode Conference, una reunión en la que los representantes de esta organización se reúnen con ingenieros de Microsoft, Apple y Google (entre otros) para discutir sobre el estándar del Unicode. Si un emoji entra o no a formar parte de nuestras vidas se decide en unas votaciones en las que, curiosamente, para participar es necesario abonar la religiosa suma de 18.000 dólares al año. Este excelente reportaje de Liat Berdugo nos abre las puertas a una de estas reuniones.
En resumen, la próxima vez que aparezca una polémica similar a la del icono de la paella pensad en la maquinaria que se esconde detrás del comité que hace posible que podamos comunicarnos en un lenguaje universal a ojos de la informática.