De todos los componentes que tiene un smartphone hay uno que se lleva el primer puesto en devoradores de mAh: la pantalla. ¿Por qué gasta tanto?
La batería y su duración son los principales enemigos de la satisfacción con el smartphone. A todos se nos ha muerto el móvil justo cuando más lo necesitábamos; y seguro que no hay nadie que no se haya quejado de lo «poco» que se estira la autonomía de los teléfonos inteligentes. A pesar de que el consumo se distribuye entre todos los elementos internos siempre hay uno que se erige como principal devorador de recursos: la pantalla. Este componente es tan clave que la medida «horas de pantalla» suele ser habitual a la hora de hablar de la autonomía.
¿Por qué la pantalla consume tanta energía? ¿De qué está hecha para que devore mAh como los turistas devoran paella en los chringuitos de la playa? Veamos.
La luz, principal culpable de que la pantalla se pase con el consumo
La pantalla de los móviles ha de verse en todas las condiciones y siempre con la mayor nitidez. La única manera de conseguir esto es que el móvil emita luz para hacer visible a los elementos de la pantalla con independencia de la iluminación externa. Lo habrás notado cuando sales a la calle y pretendes leer tu smartphone: este se ve obligado a elevar el nivel de luz emitida (brillo) para que lo representado en pantalla pueda distinguirse claramente.
La emisión de luz o brillo de la pantalla es lo que más consume
Con independencia de la tecnología empleada el móvil deberá emitir luz para que su dueño pueda verlo. Esto implica un consumo muy alto de energía, sobre todo cuando se utiliza el smartphone en exteriores y en verano. Por más que las tecnologías empleadas en las pantallas (LED y OLED) supongan un consumo reducido hay que tener en cuenta que la capacidad que tiene un móvil de almacenar energía es muy limitada.
Dependiendo del tipo de pantalla esta se iluminará de una manera o de otra, pero siempre será el componente que más tendencia a consumir tiene en un smartphone (ha de emitir luz).
- En el caso de las pantallas LED el display posee una lámpara (LED) en las capas interiores que se encarga de iluminar los píxeles del cristal líquido.
- Si hablamos de pantallas OLED nos encontramos con que cada píxel se ilumina a sí mismo. Esta es la principal diferencia entre ambos paneles: en las pantallas OLED los píxeles se iluminan a voluntad permitiendo apagar las zonas de la imagen que reflejan el color negro.
La diferencia de consumo entre un tipo de pantalla y otro tampoco es tan exagerado como para recomendar un panel OLED a LED. Todo depende de los gustos personales con las representaciones de color, el ratio de contraste y con la atracción por los llamados «negros puros». Si observamos una pantalla LED en completa oscuridad con una imagen en negro veremos que, aun así, esta emite algo de luz.
No solo la luz influye en el consumo de la pantalla, también la resolución de la misma. Quizá no se equipare en gasto a la iluminación (tanto LED como OLED), pero también posee su parte de culpa en el componente que más consume de un smartphone.
A mayor resolución de pantalla mayor consumo
Esta sería la base, pero no tiene por qué ser estrictamente así. Influye desde la versión de sistema a los drivers de la pantalla y la personalización que el fabricante haya realizado sobre el software. Pero hay una explicación que generaliza la afirmación: cuantos más píxeles tenga que refrescar el procesador este necesitará más energía para gestionar la pantalla. Con un extra para los paneles OLED: a mayor resolución mayor cantidad de píxeles iluminados. Recordemos que emitir luz es lo que más energía consume.
Pantallas grandes: la estocada definitiva
Sumemos a los dos datos anteriores el hecho de cada vez tenemos pantallas más grandes en nuestros smartphones. Mayor superficie a iluminar, recordemos, lo que redunda en el elevado consumo. Especialmente si también asciende la resolución, algo que observamos en los móviles de más alta gama que ya llegan al 4K (en el Sony Xperia XZ Premium, por ejemplo).
Las pantallas cada vez más grandes aumentan el consumo
En la actualidad observamos cómo todos los factores que guían la tendencia guían también a un mayor consumo de las pantallas. Por suerte se ha mejorado de manera notable el consumo de estos componentes y también la gestión que se hace de ellos desde el procesador; además de optimizar el consumo de dicho procesador. Esto redunda en que las autonomías han mejorado por más que los móviles hayan crecido en dimensiones. Hasta que nos topamos con que las baterías no han asumido el mismo rol de crecimiento yendo, incluso, en retroceso.
La solución ante el consumo de las pantallas sería incluir baterías mayores. Tenemos espacio debido a las grandes dimensiones de los paneles, pero no es algo por lo que apuesten los fabricantes. Así que tocará bajar el brillo lo máximo posible y encender el smartphone solo cuando vayamos a usarlo. Estas son los únicos consejos que realmente reducen el gasto de batería; por más que imponernos un uso incómodo de los dispositivos tampoco tenga mucho sentido.