La conexión permanente a Internet se ha convertido en uno de esos servicios que consideramos básicos, como el agua potable o la electricidad. En España tenemos una infraestructura de fibra óptica que está entre las mejores del mundo, por lo que la conexión en los hogares es, de media, muy buena.
Pero una cosa es la velocidad que llega hasta nuestros routers y otra muy diferente la que se capta en los dispositivos que usamos, como ordenadores o smartphones. La inmensa mayoría de ellos no se conectan por cable a los aparatos de las operadoras, ya que usan WiFi. Y esto puede ser un problema a la hora de exprimir la máxima velocidad que tengamos disponible.
Si tenemos la sensación, o hemos comprobado, que la velocidad a la que navegamos no es tan alta como esperaríamos, es posible llevar a cabo ciertas acciones que nos permitan aumentar dicha velocidad. Eso sí, tenemos que ser conocedores de la velocidad máxima a la que se puede conectar nuestro móvil a una red WiFi ya que los diferentes protocolos nos dan diferentes velocidades.
Reiniciar el router. Lo primero que podemos hacer para mejorar la conexión es reiniciar el router. Esto eliminará las conexiones de todos los dispositivos del hogar y hará que si había alguna interferencia esta se elimine. Obviamente, no es lo mismo navegar en una casa en la que hay tres o cuatro aparatos conectados a una en la que hace decenas de ellos, varios de los cuales usan streaming, por ejemplo.
Usar banda de 5 GHz. La inmensa mayoría de routers en España tienen la capacidad de crear dos redes diferentes en función de la frecuencia de las ondas. La red 2.4 GHz es la más antigua, y también la más estable y la que llega más lejos, pero es la más lenta. Si estamos cerca del router o no hay muchos obstáculos entre el mismo y el móvil es mejor conectarse a la red de 5 GHz, ya que es más sensible a las paredes u otros elementos pero también mucho más rápida.
Cambiar las DNS. Los routers proporcionados por las operadoras vienen preconfigurados de serie. Esto es cómodo porque no tenemos que entrar en los ajustes y realizar acciones que puede que no sepamos, pero también suele implicar que no están todo lo optimizados que deberían. Algo sencillo de hacer es cambiar las DNS por unas que sean fiables y rápidas tanto en el router como en el móvil.
Repetidor Wifi. En el caso de que la conexión no dé problemas cerca del router pero sí lejos es posible comprar un router en malla o, si no queremos gastar demasiado, un extensor de señal Wifi, que se enchufa de forma sencilla donde queramos tener cobertura y amplía el rango de acción de la red.
Usar cable Ethernet. La última opción es dejar de usar la red WiFi. Es un paso drástico pero si es necesario podemos comprar un adaptador Ethernet para el móvil y conectarnos por cable al router. Es cierto que deberemos estar cerca del mismo, en la misma estancia, pero la velocidad será la máxima que nos permita nuestra operadora, sin caídas por culpa de la red inalámbrica.