En el mundo del deporte no es extraño escuchar casos en los que por diversos tipos de intervenciones o por encontrarse sometidos a tratamientos específicos, los deportistas deben solicitar exenciones temporales que les permitan recuperarse.

Dependiendo del tipo de intervención, la gravedad y las características del propio deportista, la reincorporación al entrenamiento puede verse demorada desde unos pocos días hasta unos meses.

Bajo estas consideraciones, exploramos algunos de los supuestos más habituales en el mundo deportivo y qué se puede esperar de la progresión de cada uno de ellos.

Cirugías

El cuidado postoperatorio es una parte imprescindible asociada a las cirugías. Es necesario cumplir con las instrucciones del profesional sanitario y realizar todo el reposo necesario antes de reemprender la actividad deportiva.

Cirugía plástica y cirugía estética

Cada modalidad de cirugía es un mundo, pero como criterios generales se recomienda no realizar actividad física por al menos un mes o hasta que no se haya completado la cicatrización.

Es necesario, en este sentido, diferenciar entre cirugía plástica, que es la encargada de corregir imperfecciones, y la cirugía estética, que mejora, pero sin la necesidad de que existiesen defectos previos, ya que en función de la profundidad de la intervención los tiempos de recuperación también varían.

Por ejemplo, mientras que en el caso de una abdominoplastia es posible retomar las actividades normales en cuestión de dos semanas, en el caso de querer hacer deporte tras un trasplante capilar se recomendaría esperar un poco más para que los movimientos bruscos y la sudoración no afecten a las zona que se encuentra cicatrizando.

Lesiones deportivas

En el caso de los futbolistas, estos sufren un alto impacto en sus extremidades inferiores. Esto puede conducir a lesiones de la rodilla, del ligamento cruzado anterior, el ligamento medial, desgarros del menisco, lesiones en los tobillos, en la ingle y demás afectaciones musculares.

A pesar de que en muchos casos basta con el tratamiento convencional y algo de reposo, en otros casos se debe recurrir a intervenciones quirúrgicas para garantizar la completa recuperación. En función de las características del deportista y la gravedad de la operación, los tiempos de recuperación pueden oscilar entre varios meses y un año, de modo que la reanudación del entrenamiento deberá ser paulatina y adaptada a las recomendaciones médicas.

Tratamientos

Existen tratamientos específicos, tanto justificados por motivos de salud como optativos, durante los cuales se recomienda moderar la actividad física y, en algunos casos, cesarla temporalmente.

Quimioterapia y terapias dirigidas

La quimioterapia entraña el uso de fármacos que destruyen las células cancerosas; sin embargo, debido a su acción, las células sanas también se pueden ver comprometidas. Por su parte, las terapias dirigidas actúan de forma selectiva sobre genes, proteínas o el entorno del tejido dañado, lo que hace menos probable que las células sanas resulten dañadas.

Inicialmente no está desaconsejado realizar deporte durante esta clase de tratamientos, pero sí que resulta necesario que se realicen seguimientos. En caso de que exista un empeoramiento en la salud que ponga en riesgo al paciente, se deberá suspender temporalmente el entrenamiento, más cuando este sea de alto impacto como es el caso del fútbol.

Tratamientos de fertilidad

Si bien existen evidencias de que la actividad física es positiva para la fertilidad, estudios han mostrado que el ejercicio intenso provoca un efecto opuesto.

En el caso de los hombres, el deporte de alta intensidad afecta a la calidad del esperma, lo que implica una reducción en la proporción de espermatozoides de alrededor del 10%. Consecuentemente, en lo que dure este tipo de tratamientos, es esperable que los especialistas recomienden una reducción en la carga de entrenamiento y en algunos casos su suspensión temporal.

Tatuajes

Tras un tatuaje es necesario realizar una rutina de cuidado para garantizar que la cura vaya bien. En este sentido, se recomienda esperar al menos 5 días hasta retomar la actividad física de alto impacto, con el fin de que la sudoración no provoque infecciones.

También se debe tener en cuenta el número de sesiones que requiere el tatuaje, ya que eso amplía el tiempo de espera.

Otros supuestos

Además de los casos anteriores, que suponen eventos puntuales, no se debe pasar por alto la presencia de enfermedades crónicas dentro del mundo deportivo, como es el caso de la diabetes.

Existe una creencia bastante extendida de que las personas diagnosticadas de diabetes no pueden hacer deporte. La cuestión es que nada más lejos de la realidad, existen grandes deportistas que conviven con la enfermedad y con ayuda de unos hábitos de vida saludable y una monitorización eficiente de la glucosa pueden disfrutar del deporte al igual que lo haría cualquier otra persona.

El tratamiento de la diabetes no tiene fecha de caducidad a diferencia de los supuestos anteriores, pero no se debe obviar su papel en la contención de la sintomatología. Mientras que los demás tratamientos suponen una cesación temporal de la actividad deportiva, esta clase de programas supondría que, a mayor adherencia por parte de los pacientes, mayores garantías de que se podrá disfrutar del buen deporte.

La práctica deportiva supone un mundo apasionante tanto para quienes lo practican como para quienes lo animan. La incidencia de tratamientos y operaciones, sean estas debidas a algún tipo de dolencia o con el fin de lograr una mejoría en el aspecto físico, pueden llegar a suponer un parón en los entrenamientos e, incluso, la exención en partidos importantes.

En función de la magnitud de estos eventos es posible predecir si estos tiempos demorarán más o menos. Además de que no se deberían confundir situaciones temporales con enfermedades crónicas bien controladas.

Por suerte, el ámbito de la salud se encuentra en constante avance y cada vez se aceleran más los procesos de recuperación. Frente a estos casos solo queda esperar y desear la pronta recuperación a los deportistas, que en la mayoría de los casos pueden reincorporarse en pocas semanas.