Con la competición del Real Madrid parada durante la disputa del Mundial de Qatar, las obras del Santiago Bernabéu están disfrutando de un periodo de trabajo ininterrumpido. Los avances están siendo importantes y este viernes arranca una fase muy esperada: el izado de las celosías de la cubierta retráctil.
El Bernabéu está listo para las obras de uno de los puntos clave del proyecto, el sistema mediante el cual el estadio podrá convertirse en cuestión de minutos en un recinto cerrada. Los tiempos de la operación, totalmente automática, serán de 15 minutos para el guiado y 20 para el inflado completo, como apunta el portal nuevoestadiobernabeu.com.
La cubierta se replegará desde la mitad en ambos sentidos, en dirección norte-sur. Se deslizará mediante unos rieles que se encontrarán por debajo de la parte longitudinal de la cubierta fija.
El portal nuevoestadiobernabeu.com da las claves del funcionamiento de la cubierta: Cada celosía se soporta sobre unos carros sobre railes. Cuando la cubierta interior se repliega, cada carrito de las vigas se guía independientemente por un mecanismo de cremallera y piñones.
Una vez todas las celosías han alcanzado su posición final, las primeras vigas de la parte norte y sur se encuentran en el centro, por encima del terreno de juego. Cuando se ha estabilizado el sistema de vigas en su sitio el proceso de inflado de las celdas comenzará automáticamente.
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El proceso de apertura se hace al inverso. Primero se desinflan las celdas de membrana, las celosías intermedias se desbloquean y se separa el sistema de estabilización horizontal. Tras esto, las vigas son guiadas hacia su posición de plegado bajo la cubierta fija.
Claves de la cubierta
Además, se conocen varias claves sobre las condiciones de la cubierta retráctil para poder operar. Las condiciones medioambientales, lógicamente, serán muy a tener en cuenta. La apertura o cierre estarán limitados ante un exceso de viento, nieve o que la temperatura sobrepase los 40 grados o baje de 0. En uno de esos escenarios, la cubierta no será operativa por seguridad.
La cubierta contará con multitud de sensores climatológicos que ayudarán a que desde una sala de control, desde la que se acciona y supervisa la cubierta, se chequeen los parámetros medioambientales.
Otra funcionalidad de la cubierta, a nivel arquitectónico, es su sistema de drenaje en su estado de cerrado. La curvatura de las vigas hacia los laterales permitirá el drenaje hacia el lado este y el oeste, además de contar con dos sistemas de canalones lineales de la cubierta fija.
Por último, la cubierta retráctil podrá someterse a mantenimiento desde una pasarela circunferencial dispuesta en los bordes interiores de la cubierta fija.