El Real Madrid se enfrentó en Vitoria a todo. El Buesa Arena era un hervidero antimadridista, lejos de ser fiel a la fiesta del baloncesto de la que el conjunto blanco era el rey. Los de Laso llegaron a la final tras haber superado a MoraBanc Andorra primero y a Baskonia después de dos prórrogas. En la final, un encuentro igualado ante el Valencia Basket obligaba a dejarse todo en la pista. Pese a los arreones de los de Pedro Martínez, los madrididistas lograban mantener el resultado con Llull como principal referente. Tras mucho sufrimiento y un esfuerzo incansable, los de Laso alzaban el título.

El mejor equipo de baloncesto de los últimos tiempos, el dirigido por Pablo Laso, fue justo vencedor. Sin embargo, algunos son incapaces de reconocer el buen hacer de este conjunto que pasará a la historia. Superdeporte se ha visto repetido el partido unas cuantas veces para sacar polémica y encontrar una excusa para no admitir que el Madrid fue superior. 

Y como siempre, ahí está lo fácil: culpar a los árbitros. El diario valenciano hace referencia a dos acciones concretas. Una acerca de una supuesta falta antideportiva de Taylor que, según dicho diario, habría cambiado todo el desenlace del partido, y otra en el polémico final con el campo atrás mal pitado en la que lloran porque los árbitros concedieron menos tiempo para la posesión, además de haber parado el juego en un momento en el que, también bajo su punto de vista, el Valencia iba ya a empatar el partido. Cada uno se consuela como puede, y los arbitrajes siempre son el mejor kleenex. Mal momento para el antimadridismo pero, mientras a unos les sigue escociendo, otros colocan un título en sus vitrinas y van a por el siguiente.

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