El Real Madrid viaja a Estambul después de tres derrotas consecutivas, dos en Euroliga y una en Liga ACB, con la idea de revertir su peor momento de la temporada ante un equipo que ha vuelto a hacer una inversión millonaria en jugadores y que, esta vez al menos, parece haber acertado.

El Anadolu fue el peor equipo de la competición la temporada pasada y ahora está empatado con el Real Madrid en la clasificación con solo dos derrotas en las diez jornadas disputadas.

La llegada de Shane Larkin, Rodrigue Beaubois, Adrien Moerman, Tibor Pleiss, Vasilije Micic y James Anderson junto a la continuidad de Dogus Balbay, Brock Motum, Bryant Dunston y Krunoslav Simon han cambiado completamente la cara del equipo. Del último puesto el año pasado, a ser un claro candidato a la Final Four.

Una racha que quieren cambiar

El vigente campeón de la Euroliga llega en su peor momento de la temporada, después de cosechar tres derrotas consecutivas en sus tres últimos partidos, en Atenas ante el Olympiacos, en El Palau en Liga ACB ante el Barcelona y en Madrid ante el CSKA Moscú. Lo más positivo es el regreso de Sergio Llull, que su entrenador, Pablo Laso, confirmó que lo hará en plenitud "y sin limitación de minutos".

La solvencia del Real Madrid, en su juego y en sus resultados, expulsa la idea de crisis, pero también es verdad que no es un equipo acostumbrado a las derrotas y como reconoció el capitán Felipe Reyes, les ha "tocado el orgullo". Laso y sus jugadores han demostrado en las últimas temporadas que saben navegar con solvencia en las aguas turbulentas que todos los equipos se encuentran a lo largo de cursos tan largos y plagados de partidos y viajes.

Los últimos cinco enfrentamientos entre ambos equipos cayeron del lado blanco y el Efes no gana al Madrid desde abril de 2015, pero este Anadolu es otro equipo "con armas" como le gusta decir a Laso y el Abdi Ipekci nunca fue un bastión fácil de tomar.

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