En la madrugada del martes al miércoles, los Dallas Mavericks se enfrentaron a sus rivales texanos, los San Antonio Spurs. El partido fue igualado hasta el último momento, y jugadores como Brunson, por parte de los de Carlisle, Aldridge o DeRozan rondaron o sobrepasaron los treinta tantos de anotación. Sin embargo, Luka Doncic vivió su noche más dura como jugador de la NBA y tras la finalización del encuentro se quedó en el American Airlines Center practicando en su tiro.

Los porcentajes de lanzamiento del joven esloveno fueron realmente malos. El percentil de acierto total no superó el 27%, pero la historia desde la línea de tres -y sobre todo desde la de tiros libres- fue mucho peor. El MVP de la Euroliga se quedó en un uno de siete desde el triple y un solo acierto igualmente de nueve intentos en la línea de personal. Además cometió nueve pérdidas.

El propio Doncic se mostró enfadado por su actuación ante los medios en las declaraciones tras el choque: "Honestamente, no estaba al 100%, pero quiero jugar. Quiero jugar siempre. Incluso si no jugamos tanto ahora, quiero jugar en todos los partidos".

Rick Carlisle, que siempre se ha deshecho en elogios hacia su jugador estrella, reconoció que quizá no estaba en la mejor situación y forma física para aportar de forma eficiente al juego del equipo propiedad de Mark Cuban: "No se le veía bien. Tuvo una noche dura. Probablemente jugó demasiados minutos".

Con alrededor de un mes para el final de la Fase Regular, los premios individuales empiezan a estar más presentes en la cabeza de toda la gente que rodea la Liga. Los Mavericks ya han empezado a promocionar las posibilidades del exmadridista para llevarse el Rookie del Año por delante de otros grandes jugadores de gran nivel como Deandre Ayton o, su gran rival, Trae Young.

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