El OAKA estaba ya frotándose la manos. Un mal ataque, pocos segundos en el reloj y un gran marcaje sobre Carroll. Cuando todo parecía abocado a una victoria del Panathinaikos apareció Rudy Fernández, se levantó desequilibrado lanzó a una mano y silenció a uno de los pabellones más ruidosos de Europa. Sus compañeros, con más incredulidad que felicidad, se lanzaron como locos a felicitar al hombre del partido. 

Un partido que había comenzado muy mal, con un parcial que recordaba al choque de la temporada pasada, donde la intensidad empujaba al Madrid fuera de la cancha. Pero dos hombres querían que la victoria se fuera a la capital de España. Entre Rudy Fernández y Tavares se acercaba en el marcador, pero los zarpazos de los helenos mantenían la victoria en tierras griegas. 

En el último cuarto todo estaba por decidir, y ahí llegó el momento del '5'. Persona odiada y enemigo número uno cada vez que pisa una pista griega. Pero es cierto que esa es la mejor motivación para un hombre que está logrando su mejor temporada desde el triple. A falta de 21 segundos, Campazzo intentó una penetración que acabó en las manos de Rudy, que con solo un segundo para mirar el marcador, lanzó una 'mandarina' que será recordada como una de las mejores canastas de la temporada. 

Los ambientes que más gustan a Rudy

Cuando el alero español es pitado por una grada se transforma en un jugador infalible e imparable. Siendo el jugador más acertado desde más allá de la línea del 6'75, ha tenido la fortuna de que la bola final ha caído en sus manos y el resto ya es historia.

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