Tres años después vuelven a verse las caras Real Madrid y Barcelona en la final de la Liga ACB. Por aquel entonces el conjunto blanco logró imponerse tras un final de temporada muy accidentado del equipo catalán. Desde el 2014 no sabe lo que es levantar este campeonato, algo que quiere remediar este mismo sábado, con el primer duelo en el WiZink Center.

Ocho campañas consecutivas disputando la final es el gran aval de Pablo Laso para ser optimista y creer en revalidar el título. Pero el balance de esta temporada no es del todo positivo para el técnico vasco, ya que solo ha derrotado una vez al eterno rival en cinco partidos. El cambio de dinámica debe empezar este sábado, pero no será fácil.

Ninguno de los dos equipos han sufrido para llegar a la final. Un 5-0 perfecto, con la guinda de tener a jugadores en el mejor momento de forma de toda su carrera. Es el caso de Jeff Taylor y Anthony Randolph en el Real Madrid y de Thomas Heurtel o Kyle Kuric en el Barcelona. Una situación bastante emocionante, ya que quien quiera el título va a tener que poner todo sobre la pista.

Heurtel, la gran amenaza

Es un secreto a voces que el Madrid tiene preparada una estrategia para frenar al organizador francés. En los partidos importantes siempre aparece. Todavía queda en la retina de los espectadores sus dos exhibiciones en las dos últimas Copas de Rey, donde su aportación y varias ayudas arbitrales fueron propicias para levantar el título. 

Para frenar su enorme anotación en momentos calientes del encuentro el Madrid puede apostar por diferentes planes. El plan A pasa exclusivamente por la defensa de Jeff Taylor. El especialista defensivo deberá aparcar su lado más anotador para parar al organizador galo. El plan B también se basa por un defensor, pero esta vez en la persona de Facundo Campazzo. 

El factor cancha más deseado

Si se va a dar una importancia desmedida al factor cancha es esta temporada. Esa recuperación del liderato le da al Madrid aire para depender de su afición para lograr el título, ya que ganando en casa, lograría salir campeón. No le gustó nada a Pesic perder esa primera posición, pero ya sabe lo que es ganar como visitante al eterno rival. 

Una eliminatoria muy tensa que parece que será larga y con mucha tela que cortar. Tanto que no va a ser una final normal, ya que el técnico culé ha comenzado la guerra psicológica antes de tiempo. Por primera vez en la era moderna, no habrá foto conjunta entre los capitanes y los entrenadores de los dos equipos antes del inicio del combate al mejor de cinco asaltos.  

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