Y la racha llegó a su fin. El Real Madrid cayó derrotado ante el CSKA y deja en 13 la racha blanca de triunfos consecutivos en Euroliga. Los de Laso, con una crisis de anotación tremenda desde el segundo periodo, caen ante un CSKA que supo reponerse de su mal inicio. El técnico vitoriano no pone fin a su maldición en casa del conjunto del 'Ejército Rojo'. [Narración y estadísticas: CSKA Moscú 60-55 Real Madrid].
A cero grados de temperatura, fuera y dentro del pabellón del campeón ruso, los dos equipos más laureados del viejo continente se disponían a disputar uno de los choques más dulces de Europa. Hines y Tavares, al centro del campo; balón al aire y el poste más bajo de la Euroliga se imponía al 'Gigante de Cabo Verde'. Pero no iban a ser los pívots los protagonistas del inicio del partido.
Thompkins y Campazzo, al mando
El jugador que más desabrochado tiene el corsé este invierno, Trey Thompkins, era el eje del acertado juego ofensivo del Madrid. El norteamericano salía y entraba en la pintura a una velocidad tan alta que los cambios defensivos del equipo ruso se quedaban rezagados. Con Campazzo obcecado en James, como si de un asado se tratase, Hilliard cogía los mandos del 'Ejército Rojo' en ataque para intentar frenar la aportación de Thompkins.
Las rotaciones, con el partido en dos canastas, llegaron y ante las dos tempraneras personales de Causeur, Laso apostaba por un Sergio Llull que retornaba tras más de un mes fuera de las pistas. El base balear se emparejó con el joven Ukhov y pasó los últimos minutos del cuarto como el desarrollo del mismo, con soltura pero sin sobresaltos. El Madrid cerraba los primeros 10 minutos con un 14-21 que mostraba el camino a seguir para conquistar el Megasport Arena.
Y como las viejas glorias nunca mueren, la vuelta de Llull fue acompañada de la del Eterno Capitán. Felipe Reyes y su repeinado flequillo superaban los 3.000 puntos en Euroliga y lucían bajo los focos del feudo ruso con la misma potencia que lo hacía el equipo. Itoudis se veía obligado a parar el choque tras ver que su estrategia, agitar el banquillo como si de un sonajero se tratase, no estaba funcionando.
Pero la seriedad blanca rozaba lo policíaco y con Laprovittola anotando a lo Curry, la ventaja blanca no descendía. La intención de Laso de acabar con su mal fario contra el CSKA había calcado también en una plantilla blanca más ceñuda que nunca y, tras un cuarto marcado por largas e inefectivas posesiones, Madrid y CSKA se marchaban a vestuarios con 26-33 en el marcador y sabedores de que el partido lo iban a seguir marcando las defensas.
James aprieta el partido
Pues si el segundo acto había sido flemático, el tercero arrancó como si hubiera que cerrar la pista antes de tiempo. Ahora bien, las frenéticas transiciones de ambos equipos no eran materializadas por ninguno de los dos conjuntos y el Madrid continuaba mandando en el partido pero con menos margen de error.
Sin embargo, no iba a durar mucho tiempo esa ventaja, y es que el equipo blanco se cortocircuitaba en ataque y no movía los 33 tantos que había firmado en la primera mitad. La defensa de los de Laso les mantenía en el partido, pero era cuestión de tiempo que Mike James se enchufara y con un triple suyo el CSKA se ponía por delante por primera vez en el partido (34-33, minuto 26).
Tan real era que el base del equipo ruso se iba a activar, como que el Madrid iba a terminar anotando. Eso si, el conjunto merengue iba a sudar de lo lindo para mover los dígitos de su marcador. Thompkins, como no, iba a ser la linterna del equipo en ataque, mientras que Campazzo y Tavares hacían de bomberos en defensa apagando el fuego ruso. La ventaja cosechada en la primera mitad era pasado y los últimos diez minutos iban a coronar a CSKA o Real Madrid.
La maldición continúa
Los aros se seguían cerrando para todos menos para James; los errores no se detenían y el partido corría hacía el final sin que la igualdad se echara a un lado. Eso sí, el cuadro ruso empezaba a encontrar un camino al aro fiable y parecía que el sol salía de su lado, pero el Madrid se negaba a ver la sombra en su banquillo. Acciones individuales de calidad evitaban la desgracia antes de que el último tramo de partido entrase en acción.
Una gran acción ofensiva del Madrid acababa con un triple de Thompkins que volaba para empatar el partido. Sin embargo, el lanzamiento hizo la corbata y el choque cogía un tono anaranjado que se podía transformar en rojo si CSKA anotaba. Apareció entonces Tavares para mantener abierto su bar de pinchos y frenar la alegría de los rusos, pero lo que Thompkins falló, Hilliard lo metió. Un triple del ex de Baskonia ponía el 58-54 y obligaba al Madrid a agarrarse a la heroica.
Una pérdida de un Llull agarrotado ponía punto y final a la racha del Madrid y perpetuaba la maldición de Laso en el feudo del CSKA. El día en que el equipo blanco firmaba su peor anotación en lo que va de temporada, James sacaba rédito y lideraba a los suyos hacia un triunfo trabajado. El Madrid abandona de esta manera el liderato de la Euroliga y programa su sistema para el duelo del jueves, también en Rusia, ante el Khimki de otro anotador compulsivo como Shved.
CSKA Moscú 60-55 Real Madrid
CSKA Moscú: James (19), Hilliard (14), Kurbanov (4), Voigtmann (3), Hines (10) - quinteto inicial - Bolomboy (2), Ukhov (0), Antonov (-), Sant-Roos (4), Vorontsevich (0), Koufos (4), Baker (0).
Entrenador: Dimitris Itoudis.
Real Madrid: Campazzo (11), Causeur (3), Deck (4), Thompkins (14), Tavares (2) - quinteto inicial - Llull (0), Laprovittola (8), Reyes (3), Carroll (2), Mickey (5), Taylor (3), Mejri (-).
Entrenador: Pablo Laso.
Parciales: 14-21| 12-12| 17-10| 17-12|
Árbitros: Christodoulou, Paternico, Bissang.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 19 de la Euroliga, disputado en el Megasport Arena de Moscú, Rusia.