La vida de Martynas Pocius ha tenido de todo, pero sobre todo, ha tenido mucho baloncesto. Desde muy pequeño se aficionó a un deporte que ha terminado siendo parte indivisible de su día a día y que le ha llevado a construirse un nombre en Europa y, sobre todo, en su país, Lituania, ya que nació en la ciudad de Vilna.
Durante su etapa como jugador, solía partir desde la posición de escolta o alero, pero su gran envergadura y su altura, 1,96 metros, le permitían desempeñarse casi en cualquier situación en la pista y sacar ventaja de sus defensores. Además, tenía unas grandes condiciones atléticas que eran su mayor fuerte y exhibía un potente salto y una delicadeza muy visual y muy plástica en su mecánica de lanzamiento. Estaba considerado un gran anotador.
Sin embargo, las lesiones amargaron gran parte de su carrera y provocaron que se retirara muy joven del baloncesto. Con tan solo 31 años decidió salir de las canchas para dar otro paso diferente en su carrera y en su vinculación con el baloncesto. Los Nuggets le hicieron una oferta para incorporarse a su equipo de trabajo en el departamento deportivo y ahora continúa allí su vida siendo pieza fundamental en algunas decisiones como el flamante fichaje de Facundo Campazzo por la franquicia de Denver.
La labor de Pocius
Tras dejar el baloncesto de forma oficial, Martynas Pocius recibió la sorprendente llamada de los Denver Nuggets, una franquicia que en los últimos años ha tenido una gran vinculación con Lituania. De hecho, otro mítico jugador lituano como Arturas Karnisovas es el actual Manager General. Allí formaría parte del equipo técnico de la franquicia realizando diferentes labores, tanto cerca del cuerpo técnico como de la dirección deportiva del equipo.
Su labor principal es estar inmerso en diferentes operaciones que realiza el equipo de Denver para mejorar su plantilla y a la vez que también ejerce de funciones de scouting, lo que en España se conoce más con el término ojeador. Pocius tiene un gran control del baloncesto europeo, un mercado que interesa y mucho en Denver tras la explosión de su jugador estrella y uno de los cracks de la NBA, Nikola Jokic. Gran parte de esa responsabilidad recae sobre Pocius.
Por ello, su figura ha sido clave en el cometido de convencer al último gran fichaje de la plantilla, Facundo Campazzo, el ya exjugador del Real Madrid y que se incorporará en breve a la franquicia de Denver para maravillar a su nueva hinchada con sus diabluras. El jugador argentino ha sido tentado por muchos equipos, pero finalmente han sido los Nuggets quienes se han llevado el gato al agua y gran parte de la culpa la tiene Pocius.
El interés de franquicias como Dallas Mavericks, San Antonio Spurs o Minnesota Timberwolves había sido mucho muy ruidoso y mediático, sin embargo, han sucumbido ante los buenos movimientos de los Nuggets. A pesar de que su nombre tardó en salir en la terna de favoritos, Campazzo ha asegurado que fueron los primeros en interesarse de verdad por su situación y que, durante todo el proceso, que ha durado muchos meses, Pocius ha estado muy cerca del argentino, preguntándole por su estado y por cómo estaba llevando una decisión que no ha sido nada fácil para él.
La cercanía del lituano formado en la universidad de Duke hizo que Campazzo se terminara inclinando por la franquicia de Colorado para comenzar el sueño de su infancia y el de tantos niños que juegan al baloncesto, hacer una carrera en la NBA. Además, los consejos de Rudy Fernández, compañero en el Real Madrid y ex de Denver, le han servido para conocer más al equipo y saber más de la ciudad que será su nueva casa.
Un compañero especial
La relación de Campazzo y Martynas Pocius no se ha creado en estos meses de negociaciones y de tira y afloja entre la franquicia, el base argentino y el Real Madrid, sino que ya se cimentó hace varios años. Ambos fueron compañeros en el UCAM Murcia durante la última temporada que el playmaker de la albiceleste estuvo cedido allí tras haber fichado por el Real Madrid.
Durante ese año, la temporada 2016/2017, momento en el que Pocius aterrizó en Murcia para su última gran aventura en el baloncesto profesional, hicieron una gran amistad y labraron una relación que ha servido para que el argentino haya podido dar, con mayor seguridad, este importante paso en su carrera.
Campazzo no tenía nada claro la opción de abandonar el Real Madrid pese a tener el gran sueño de jugar en la NBA, pero el trato que ha recibido de Pocius le ha empujado finalmente a dar ese difícil paso. Además, el recuerdo que tiene el base argentino del exjugador lituano tras su paso por Murcia es muy positivo.
Pocius destacó durante toda su carrera por su buen comportamiento y su personalidad amigable en los vestuarios en los que estuvo, ya que todos le consideraban un jugador especial por un hecho que se remonta a su infancia. A pesar de que por su capacidad para anotar y hundir el balón en el aro no lo parezca, Pocius solo tiene cuatro dedos en su mano izquierda. Y lo más acertado es decir que puede dar gracias de tener cuatro y de no tener tan solo dos, lo que hubiera hecho imposible jugar al baloncesto a máximo nivel.
Cuando tenía 13 años sufrió un grave accidente con una fresadora. El lituano se dañó tres dedos de su mano izquierda y a punto estuvo de perderlos y de haber terminado con su sueño de ser jugador de baloncesto. Sin embargo, gracias a una complicada operación, consiguió conservar dos de ellos y finalmente conserva nueve dedos en sus manos. Este hecho siempre llama la atención a compañeros y aficionados porque es muy llamativo ver como coge el balón con su mano izquierda, la mano dañada.
El madridista Pocius
Gran parte de la negociación entre los Denver Nuggets y Campazzo ha sido llevada por los directivos de la franquicia y los agentes del argentino, los cuales también mantenían hilo directo con la dirección deportiva del Real Madrid. Sin embargo, quien se ha encargado de convencer al jugador y, sobre todo, a la persona, ha sido Pocius.
El lituano ha podido llevar a cabo esta labor porque posee un elemento diferencial: conoce lo que es el madridismo y formar parte del equipo blanco. Pocius, dentro de su brillante aunque corta carrera profesional, pasó por el Real Madrid, donde militó durante dos años, dejando buena muestra de su calidad y de su polivalencia.
Durante ese tiempo, Pocius vivió los inicios de la era dorada del Real Madrid de Pablo Laso con el que ganó títulos importantes como la Copa del Rey de 2012, la Liga ACB de 2013 y dos Supercopas de España. En su primera temporada fue mucho más protagonista, ya que en la segunda empezó a padecer gravemente con sus problemas físicos. Sin embargo, la llegada del técnico vitoriano y su apuesta por la amenaza exterior fueron conceptos que favorecieron al juego de Pocius, que dejó actuaciones muy meritorias con la camiseta.
Además, supo lo que era estar en el club más grande de Europa y formar parte de un sentimiento tan grande como el madridismo, el cual tenía 'atrapado' a Campazzo en Europa. Tanto es así que hasta la propia madre del 'Facu' le decía que no se fuera a la NBA, que quería que se quedara en Madrid porque le gustaba verle ahí. Este conocimiento del club de Pocius le ha permitido convencer a Campazzo desde la paciencia y desde el raciocinio, sin agobiarle y dándole su tiempo para que se atreviera a salir del equipo con el que dominaba Europa a un reto todavía mayor, la NBA.
Las puertas abiertas
Finalmente, Campazzo ha seguido los cantos de sirena de la NBA y comenzará el próximo diciembre su aventura en la mejor liga del mundo y junto a los mejores jugadores del planeta. Ya se ha despedido del Real Madrid, el club que le ha cambiado la vida, que le ha hecho crecer como jugador y como persona y que le ha servido de trampolín para dar el gran salto de su carrera, además de para llevarse un trocito de cada corazón de los miles de aficionados blancos que ya le extrañan.
Sin embargo, nadie le guardará rencor, algo que sabía bien el propio Pocius, ya que el Madrid ha ganado un aficionado más en Estados Unidos y los Denver Nuggets quedarán ya para siempre ligados a la entidad blanca. Al igual que ha pasado estos últimos años con los Dallas Mavericks de Luka Doncic, el Madrid gana otro embajador por el mundo y la afición tendrá otro motivo más para seguir la actualidad de la liga americana.
Pero, además de eso, la gran noticia para la hinchada madridista es que este cuento de hadas que Campazzo dibujó en cada segundo que pasó con la camiseta blanca no ha visto todavía su final. El argentino, que ya sueña con triunfar con la franquicia de Colorado, está muy contento de que el Madrid mantenga sus derechos en Europa, porque su gran deseo es el de poder volver algún día y poner de nuevo patas arriba el Wizink Center como hacía cada semana.
Esa es la mayor prueba de madridismo que podía dejar el argentino en su marcha ya que, lejos de pensar en su fracaso prematuro de su aventura, lo que desea es triunfar cuanto antes para poder regresar a Madrid y enseñarle a su afición como se ha comido el mundo y regresa para disfrutarlo junto a ellos. Y todo, bajo la atenta mirada del madridista Martynas Pocius, que con nueve dedos le bastó para ser jugador de élite del baloncesto y para 'cogerle prestado' al Real Madrid a su jugador estrella.
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