Nadie podía predecir que el fichaje de Pablo Laso por el Real Madrid fuese a suponer una decisión histórica. El técnico vasco llegó al banquillo merengue en 2011. La sección vivía una notable crisis y faltaba un nuevo director que ordenara el proyecto. El exjugador contaba con esa facilidad para relacionarse con el aficionado por su pasado como madridista. Sin embargo, su trayectoria en los banquillos estaba muy alejada de la de un entrenador de élite capaz de conquistar Europa. Pero todo dio igual.
Laso apostó por un núcleo duro de jugadores, por exprimir al máximo la calidad colectiva de todos ellos, por reinventar las posiciones de los jugadores. Al técnico incluso le llegaron a criticar por no saber jugar con hombres altos, aunque ahora haya conseguido afianzar a Tavares como el mejor cinco de todo el continente. Sin embargo, nada le ha acabado por afectar lo suficiente.
Tras ganar al Valencia Basket, el Real Madrid se clasificó para la final de la Liga Endesa. Y Laso, en su particular lucha contra los libros de historia, se convirtió en el entrenador con más victorias en el club merengue desde que este existe. Un total de 596 victorias desde que se incorporara al equipo merengue, además de haber disputado 29 finales de las 40 posibles, y haber ganado 20 títulos en toda esta etapa.
Pero, ¿cómo es posible alcanzar tales números? Laso, al menos por el momento, parece tener la explicación. Y no es otra que fomentar su proyecto en la unidad del vestuario y en tirón de la cantera. Broncas a jóvenes que se convierten en lecciones, como la que tuvo con un Luka Doncic que aspira a todo en la NBA. Y, también, broncas a estrellas para reafirmar su posición jerárquica.
Las claves del proyecto
Esta temporada se ha podido comprobar de primera mano cuáles son los pilares en los que se sustenta el Real Madrid de Pablo Laso. La misma estrategia que se ha instaurado desde que llegó al banquillo, pero que esta temporada, por diferentes circunstancias, ha quedado perfectamente perfilada. Las claves del vitoriano son simples, aunque difíciles de aplicar en un club que aspira a todo: cantera y unidad.
El equipo merengue ha tirado de ambas para pelear con el campeón de Europa por un puesto en la Final Four. Para rozar el título de la Copa del Rey y para llegar hasta la final de la Liga Endesa. También, aunque haya quedado algo olvidada, para ganar la Supercopa a principios de temporada. Ambas apuestas han sido determinantes en el éxito, todavía por consumar, de este Real Madrid.
Y es que solo hace falta mirar la plantilla del principio de temporada para comprobar que Laso se ha tenido que ir actualizando mensualmente. Campazzo y Deck se marcharon a la NBA. Randolph se lesionó para toda la temporada. Thompkins también se lesionó recientemente y no volverá a jugar esta campaña. Y Reyes, Abalde y Llull estuvieron apartados en los playoffs por problemas físicos y por Covid, en el caso del ex del Valencia.
La solución de Laso ha sido la de hacer familia, algo ya habitual en el vestuario del Real Madrid y que supone un apartado más a tener en cuenta cuando se planifican fichajes. Y, sobre todo, apostar por la cantera. Un filial dirigido por Angulo desde los despachos, que se ha proclamado campeona de Europa, y que está preparada para ir nutriendo al primer equipo tanto en el presente como en el futuro.
Juan Nuñez ha sido el último, pero a lo largo del 'lasismo' han sido otros 15 jóvenes los que han debutado con Pablo Laso. Algunos están en la NBA, como Doncic y Willy. Otros en la ACB, como Yusta y Radoncic. Y otros aspiran al Draft, como Usman Garuba. Todos ellos también han formado parte de la leyenda de Pablo Laso, que se alargará, como mínimo, dos años más.
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