No ha sido un día fácil para Sergio Llull y para el Real Madrid. Los blancos se han llevado un duro varapalo al caer en el primer partido de la gran final de la Liga Endesa. Los blancos tenían a su favor el factor cancha y con esta derrota, esa condición ha volado hasta Barcelona. Además, los azulgranas tendrán en su mano poner el punto final a la temporada si consiguen vencer en casa su próximo partido.
Esta atípica y larga temporada ha provocado también la final por el título de liga se dispute a solo tres partidos. De esta forma, y sin margen de error, los blancos han visto como se les marchaba lo que era un partido clave. Ha supuesto su cuarta derrota de la temporada, pero la quinta puede dejarles fuera de juego hasta el año que viene.
El Real Madrid comenzó muy bien el partido, mandando en el juego y en el marcador y estando siempre arriba hasta un tercer cuarto que fue agónico. Atascados en ataque y superados en defensa, el Real Madrid fue dando pasos hacia atrás hasta situarse muy lejos de cualquier opción de remontada. El Barça de Pau Gasol y Higgins puso la directa y no hubo nada qué hacer.
Un instante marcó el devenir del partido. Al comienzo del tercer cuarto, y con el Real Madrid todavía en disputa de la victoria, Carlos Alocén cometió su cuarta falta personal y se tuvo que ir al banquillo. En ese momento salió Llull para sustituirle y todo se vino abajo. El de Mahón, que había comenzado su participación de manera excelente, con mucha energía y con gran acierto en el tiro, pagó su inactividad por una lesión muscular y se terminó viendo desbordado por el ataque del Barça. Y el Madrid lo pagó caro. Un derroche de fuerza y pundonor de un jugador que se está dejando la vida por el equipo y por el escudo en este final de curso, pero que como todos termina encontrando su límite.
Sin Alocén en pista, o sin unas piernas frescas, los blancos empezaron a cometer fallos defensivos por sistema y a construir ataques muy endebles que terminaban casi siempre en malos tiros y en malas decisiones. Apareció Cory Higgins para aprovecharse de ese bajón y todo se tiñó de negro para el conjunto madridista, que ya miró a su rival siempre muy por detrás en el marcador.
La derrota se consumó en los minutos posteriores y ahora el Real Madrid se verá obligado a intentar la remontada ganando en el Palau. La heroica y la épica son citadas por una plantilla de Pablo Laso que está llegando a la recta final del curso sin fuerzas y sin aire por las lesiones y las bajas de jugadores que se han marchado a la NBA.
Un jugador histórico
Este partido, que puede costar una liga, ha supuesto un efemérida agridulce para Sergio Llull, ya que ha sido partido 500 en Liga Endesa. El de Mahón es un jugador histórico, de los mejores de la historia del club, que sigue cumpliendo años con la camiseta del Real Madrid y que sigue derribando registors espectaculares.
Con este partido 500 solo tiene por delante a su compañero Felipe Reyes. Además, ya si sitúa como el segundo máximo anotador en la historia del Real Madrid en Liga (5.496), el segundo en valoración (5.815), el primero en asistencias (1.650), el cuarto en recuperaciones (395) y el que más triples ha convertido (805). Por si esto fuera poco, en estos 500 partidos, Llull promedia más de 10 puntos, 3,2 asistencias, 1,8 rebotes y 11,4 de créditos de valoración.
Llull, que llegó al Real Madrid con 19 años y que ya acumula 862 partidos con la elástica merengue, espera que el próximo le abra la oportunidad de luchar por una competición que ha ganado seis veces y en la que ha sido ha sido nombrado MVP de la competición en una ocasión, MVP de las finales en otras dos e integrante del mejor quinteto tres veces.
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