La gran depresión del Real Madrid de Baloncesto: del futuro de Laso a la fiesta de Heurtel y Thompkins
El equipo merengue, pese a las buenas sensaciones, perdió ante el Barcelona. Es la cuarta derrota seguida y en un momento de debilidad interna.
11 abril, 2022 01:04Noticias relacionadas
Coraje, orgullo y compromiso. Son algunas de las peticiones que Pablo Laso ha realizado a todos los jugadores que han vestido la camiseta del Real Madrid desde su llegada en 2011. Sus diferentes plantillas han vivido momentos de mayor o menor lucidez, pero nunca faltaron ninguna de esas tres premisas que han llevado al proyecto a ser de los mejores de la historia del club. Sin embargo, esta temporada 2021/2022 está siendo diferente a todas. Y Pablo Laso lo sabe.
El entrenador negó recientemente que esté viviendo el momento más duro desde su llegada al banquillo merengue. Cuenta con el apoyo de la directiva, pero los constantes tropiezos dificultan la situación. Puede que sea cierto o una simple coraza para plantar cara a unas críticas y dudas que nunca se habían generado en tal cantidad contra su gestión. Pero lo que es un hecho es que el equipo no termina de arrancar. Hay partidos atípicos, sin ideas en ataque ni intensidad en defensa. Hay derrotas dolorosas ante el eterno rival. Y recientemente ha habido duelos regalados por una actitud inexplicable que no ha gustado al aficionado.
El encuentro ante el Bayern Munich fue la gota que colmó el vaso. El Real Madrid dependía de sí mismo para ser segundo de la Euroliga. Ganar al cuadro alemán en el WiZinK Center allanaba considerablemente el camino hacia la Final Four. Pero un último cuarto inexplicable con un parcial de 13-38 regaló el triunfo a los germanos y condenó al Real Madrid en la Euroliga. Tal catástrofe no pudo ser solo cosa de táctica, sino de compromiso.
La derrota no fue una más. Tampoco supuso solo el tercer tropiezo consecutivo. Caer en ese duelo de Euroliga puede haber comprometido la temporada. Ahora todas las opciones de pelear por la gloria continental pasan por superar los playoffs como cuarto clasificado en liga regular y en un duelo de altura contra Anadolu Efes o Maccabi. De pasar esa criba, el Real Madrid podría enfrentarse en semifinales a un favorito Barcelona. Un camino de espinas que hasta hace unos días parecía impensable.
Además, tras el descalabro contra el Bayern el vestuario ha estallado. Pablo Laso anunció la expulsión del equipo de Thomas Heurtel y Trey Thompkins. El primero, fichaje estrella de esta temporada. El segundo, un soldado de Pablo Laso que con altibajos siempre ha rendido en momentos determinantes. La razón del inaudito castigo no se ha conocido hasta las últimas horas y por medios griegos. Pero el simple hecho de ser apartados ya habla de lo que se estaba viviendo en el interior del equipo.
El vestuario siempre ha sido uno de los pilares sobre el que sostener el proyecto de Pablo Laso. Un equipo transformado en familia. Una plantilla unida capaz de sacrificarse por sus compañeros. Y un compromiso infinito que ha llevado, entre otras cosas, a que los jugadores del Real Madrid sean ovacionados después de ser eliminados de la Euroliga ante Fenerbahçe. Esa imagen del 2016 es el resumen perfecto de lo que Pablo Laso reclama a los suyos. Sin embargo, el caso de Trey y Thomas ha roto la racha de las últimas temporadas.
Doble sensación en el Palau
El escenario, evidentemente, no ha sido nada fácil. Y menos teniendo en cuenta que se ha producido en una semana donde se disputaba El Clásico. El Real Madrid no lo tenía nada fácil. Y, como en sus noches gloriosas, hizo de la adversidad un mecanismo para la reconciliación.
Rudy y Williams-Goss viajaron pese a no estar en condiciones físicas para apoyar a sus compañeros. Abalde defendió el orgullo de su equipo plantando cara a Mirotic en su propia casa. El Real Madrid acabó remontando 12 puntos y tuvo el triunfo en su mano de no haber sido por una decisión arbitral polémica y que favoreció a los azulgrana.
Tras esta derrota liguera, las distancias con el FC Barcelona aumentan a tres victorias en el balance. Y, además, alarga la racha negativa a cuatro derrotas consecutivas tras los altibajos previos. Pese a ello, Pablo Laso recuperó el alma del equipo y los jugadores del Real Madrid hicieron equipo como antaño. Un tropiezo que sacó la mejor versión del vestuario y que, por unos instantes, hizo olvidar la expulsión de Heurtel y Thompkins.
Un escándalo único
El vestuario del Real Madrid y la mano de Pablo Laso habían sido hasta el momento un ejemplo de cómo gestionar equipos de élite. Siempre sin polémicas, siempre unidos, siempre mostrando un ambiente familiar que iba más allá de las situaciones deportivas. Un escenario idílico que cambió con la visita del Real Madrid al Panathinaikos.
El conjunto merengue jugó ante el cuadro heleno y acabó perdiendo por un solo punto. Una caída dolorosa, pero que mantenía al Real Madrid con opciones de ser segundo en Euroliga. Thomas Heurtel anotó 18 puntos y Trey Thompkins se quedó en ocho. Ambos se movieron en 20 minutos jugados. Hasta ahí todo normal. La cosa cambiaría a principios de semana, cuando Laso, con el visto bueno de la dirección del club, apartó a los dos jugadores.
Laso no dio ninguna explicación muy profunda más allá de las "razones técnicas". Pero medios griegos de gran fiabilidad como la agencia de noticias SDNA hablan de una falta de indisciplina en la visita a Atenas. La información que se ha conocido por el momento habla de que Heurtel y Thompkins salieron de fiesta la noche previa al encuentro de Euroliga. Además, regresaron ya de día y a unas pocas horas de jugar el encuentro. Una actitud que no les pasó factura a la hora de disputar el partido, pero que ha traído consecuencias debido al duro momento que atraviesa el Real Madrid.
En las últimas horas también se ha hablado de una posible multa a Yabusele. Sin embargo, el club no ha dado ningún detalle acerca de ello y la información no ha podido confirmarse con la entidad. El galo, además, protagonizó algún gesto de cordialidad con Pablo Laso durante El Clásico, por lo que la duda sobre si ha sucedido algo con el francés se mantiene.
Heurtel y Thompkins ya tienen vía libre para buscarse nuevo equipo. Yabusele, renovado hasta 2025, continuará formando de la disciplina merengue. Heurtel podrá ser cortado una vez acabe la campaña dado que firmó un contrato de 1+1 y Thompkins, que acaba contrato, ya no tendrá que afrontar el debate de una renovación. Pese a que otros veranos se le perdonó llegar fuera de forma, este último incidente ha supuesto su exclusión definitiva.
Próximos fichajes
Las bajas de estos dos jugadores propiciarán fichajes en el Real Madrid. Y en este Real Madrid, además, se cuenta con Pablo Laso. Pese a las complicaciones de las últimas fechas, el entrenador merengue cuenta con el total respaldo del club y solo una catástrofe podría ponerle en la calle a final de temporada. El vitoriano renovó hasta 2023 y la idea es que continúe manejando un barco que no tiene mejor capitán que él.
Una de las claves de cara al próximo verano estará en el puesto de base. La baja de Heurtel no es más que una nueva razón para reforzar un puesto que ha quedado cojo tras la marcha de Campazzo. Williams-Goss no termina de convencer y Juan Núñez aún necesita rodaje. Pese a que Laso está transformando a Abalde en '1', la intención del club es incorporar a una estrella de cara a la próxima temporada.
En estos momentos, el Real Madrid centra su atención en tres nombres. Shane Larkin es uno de los que más se ha hablado. Acaba contrato con Anadolu Efes y su potencial es indiscutible, por lo que su situación se sigue de cerca. Mike James es otra de las opciones que hay sobre la mesa, aunque su fama de jugador complicado de gestionar puede ser funcionar en su contra -más todavía tras lo de Heurtel-. Wilbekin, jugador del Maccabi, que también gusta en las oficinas.
Todo ello llegará una vez concluya la actual temporada y se aclaren los diferentes frentes del Real Madrid. Desde la recuperación de un Carlos Alocén que se ve como un proyecto de futuro, hasta la evolución de Núñez o la adaptación de Williams-Goss.
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