"Hemos perdido una mente brillante con su marcha". Esto decía hace unos cuantos años José Ángel Samaniego Arano sobre Chus Mateo, ayudante de Pablo Laso en el Real Madrid de baloncesto. El que por aquel entonces era su compañero dentro del cuerpo técnico del Fuenlabrada que dirigía Salva Maldonado valoraba con tristeza que su amigo y referente se marchara a entrenar al Unicaja de Málaga. No obstante, era una de las grandes oportunidades de su carrera deportiva y ambos lo sabían.
La mayor, sin duda alguna, la está viviendo en el Real Madrid de la mano del técnico vitoriano. Su llegada a la 'Casa Blanca' se produjo en el año 2014 y desde entonces ha permanecido en el staff de Laso siendo su mano derecha. Tanto es así que ahora, el integrante del cuerpo técnico del conjunto madridista ha recibido una responsabilidad enorme, tanto en lo deportivo como en lo personal, al tener que tomar las riendas del primer equipo del Real Madrid.
Pablo Laso sufrió una grave indisposición cardíaca en la madrugada del pasado sábado. Un percance que se produjo justo después de sumar la segunda victoria de la serie de semifinales de los playoffs de Liga Endesa ante Bitci Baskonia. El vitoriano había dirigido el encuentro sin aparentes problemas, pero horas después, tuvo que personarse en el Hospital Universitario Sanitas La Moraleja aquejado de un fuerte malestar.
A pesar de que pudo ir hasta allí por sus propios medios, la situación era realmente grave. El club informó horas después de que se había tratado de un infarto de miocardio que había llevado a los médicos a hacerle al técnico un cateterismo, por lo que había pasado unas horas en la UCI.
La tensión, la presión y el estrés de una temporada complicada habían hecho mella en su salud, cobrándose una factura muy elevada. Debido a esto, el técnico tendrá que estar fuera de manera indefinida y será su gregario de lujo Chus Mateo quien se haga cargo del equipo, al menos, en la eliminatoria contra Baskonia. Y puede que en una hipotética final de Liga Endesa frente al Barça o frente a Joventut.
Un hombre de la casa
Chus Mateo llegó al cuerpo técnico de Pablo Laso en el año 2014. Sin embargo, su conocimiento sobre el Real Madrid y sobre cómo funciona el club es mucho mayor al que podrían haberle proporcionado estos ocho años viajando de la mano del vitoriano y el resto de su cuerpo técnico. Cuando se habla de Jesús Mateo Díez (Madrid, 1969), se habla de una persona que conoce el baloncesto y que respira Real Madrid por los cuatro costados.
Sus inicios en la 'Casa Blanca' se remontan al año 1990, cuando entró a formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid. Allí estuvo durante casi una década, pasando por las divisiones infantil, cadete y júnior. Durante su periplo con los más pequeños del club cosechó varios éxitos importantes con varios campeonatos, alguno de ellos de categoría nacional.
Después de pasar por la cantera del Real Madrid también tuvo su aparición en el primer equipo incluso antes de la llegada de Laso. Formó parte del banquillo del rey de Europa primero bajo la gestión del actual seleccionador nacional y entrenador de la Virtus Bolonia, Sergio Scariolo, y después con Javier Imbroda y Julio César Lamas.
Llegado el momento, Chus y el Real Madrid se dieron un tiempo hasta que en el curso 2014 volvieron a unir sus caminos tras la llamada de Pablo Laso. El conjunto blanco cambió parte de su cuerpo técnico con la salida de Hugo López y de Jota Cuspinera, llegando para suplirles tanto el propio Chus Mateo como Zan Tabak.
El croata se marcharía poco después tras recibir una oferta para ser primer entrenador. Mientras tanto, Jesús ha permanecido desde entonces formando un tándem indivisible con Laso. Hasta ahora, que le ha tocado vivir uno de sus momentos más difíciles en lo personal y, a la vez, más bonitos en lo profesional.
Las batallas de Chus Mateo
Chus Mateo siempre ha aparecido como el fiel escudero de Pablo Laso. Sin embargo, ser segundo entrenador del vitoriano es, en muchas ocasiones, casi más importante que ser primero en cualquier otro equipo. El núcleo que forman el técnico titular del Real Madrid, el propio Chus Mateo, Paco Redondo y Lolo Calin es un bloque indivisible que funciona como si fuera una única unidad.
Los que conviven con ellos cada día, que les ven trabajar en cada partido y en cada entrenamiento se impresionan por la capacidad que tienen para ser una pequeña orquesta de cuatro miembros perfectamente sincronizados. Laso es la cara visible del proyecto, quien se lleva la mayoría de elogios y también el grueso de las críticas. Sin embargo, ellos mismos saben, y dentro de la plantilla lo confirman, que funcionan como cuatro poleas que impulsan al equipo más dominador del baloncesto europeo y nacional.
Para Pablo, no son meros ayudantes o asistentes, son parte de sus manos y de su cabeza, son sus extensiones en la pista, en el banquillo y en el vestuario. Le da el mismo valor a sus ideas que a las que tienen sus compañeros, e incluso se fía más de lo que ven sus ojos que de los propios. Solo así se construye un grupo tan funcional y activo como el que forma el cuerpo técnico de este Real Madrid.
En ese grupo, Chus Mateo encarna la labor del estratega silencioso. De su cerebro, en comunión con el de Pablo, nacen muchas de las jugadas que los blancos ejecutan en la pista. No es extraño tampoco verle realizando ejercicios individuales con algunos jugadores, especialmente cuando llegan nuevos a la plantilla o cuando suben desde la cantera. En el club recuerdan con gran valor cómo fue capaz de convertir a Gaby Deck, un chaval llegado desde Argentina, en el mejor alero de Europa y candidato a formar parte de varios equipos de la NBA.
El hecho de haber tenido experiencia como entrenador en solitario le da también un valor especial para Laso, quien le ha hecho su mano derecha hasta terminar siendo amigos y casi hermanos. Por eso es tan especial que ahora sea Chus quien tome las riendas de un equipo sin Pablo, más allá de su función oficial de segundo entrenador.
Los que conocen a Chus de cerca después de tantos años de trayectoria aseguran que es una mente iluminada y brillante dedicada al baloncesto. Destacan su visión para entenderlo y adaptar a sus equipos a las condiciones que requiere un partido en cada momento. Además, es un innovador que siempre está persiguiendo nuevas ideas para que sus jugadores evolucionen y es capaz de encontrar matices nuevos al trabajo diario.
Todo esto lo ha podido poner en práctica durante su aventura en el Real Madrid, ya que no es la primera vez que se ha puesto a los mandos del equipo en ausencia de Pablo Laso. Durante alguna expulsión del técnico madridista ha tenido que hacerse cargo de la situación de manera improvisada. Sin duda alguna, la más recordada por todos es la que le llevó a hacer debutar a uno de los mayores genios que han pasado por el baloncesto europeo y por el Real Madrid.
Fue el 30 de abril del año 2015. Pablo fue expulsado en un encuentro contra Unicaja de Málaga y Chus tomó las riendas del equipo. Ya con el partido resuelto, en los últimos minutos, el madrileño dio la oportunidad a un joven rubio llegado desde Eslovenia y que prometía mucho. Ese chico no era otro que Luka Doncic, a la postre rey de la sección antes de convertirse en gran estrella de la NBA. Aquel día, wonder boy jugó sus primeros minutos con la camiseta del Real Madrid y anotó su primer triple. Un momento muy especial para él, pero también para Chus.
El técnico se ha visto en esta situación en alguna ocasión más durante estos últimos ocho años. Sin embargo, la más importante tuvo lugar a finales del 2021, cuando Pablo Laso dio positivo por Covid-19 y Chus se hizo cargo del equipo durante cuatro encuentros. En todas sus intervenciones no ha conocido la derrota. Pero sin duda una de las más especiales llegó en su último compromiso en el banquillo como primer entrenador.
Aquel día se enfrentó al CSKA de Moscú, uno de los equipos más temidos de Europa, con un grupo de chavales inexpertos, pero repletos de hambre, ilusión y ganas de dar la cara por su Madrid. En una de las epopeyas más gloriosas del baloncesto moderno, el Real Madrid se plantó enfrente del gigante soviético con tres jugadores lesionados y con otras ocho bajas por positivos en Covid-19 cuando la pandemia era el gran terror de todas las plantillas.
Un partido en el WiZink Center que contó con la presencia de cuatro canteranos que lucharon como veteranos hasta conseguir una victoria de esas que reconfortan más que muchos títulos por el sentimiento que generan. La afición madridista se marchó aquel día con una sensación de orgullo y pertenencia a un equipo y a un vestuario difícilmente igualable. Y al frente de aquella orquesta, escribiendo su camino como entrenador, estaba un Chus Mateo que ahora vuelve a hacerse cargo del equipo, quien sabe si preparándose para el reto de ganar una Liga Endesa.
La trayectoria de Chus Mateo
A Chus Mateo hay dos frases que le definen a la perfección. Las ha elegido él mismo para situarlas en la biografía situada en sus redes sociales. La primera es "baloncesto desde pequeño". Y a la vista está que es verdad, especialmente desde que arrancó su trayectoria como entrenador en el Colegio Agustiniano de Madrid. Allí dio sus primeros pasos en 1985 antes de llegar a la cantera del Real Madrid.
La segunda de sus frases es "no quiero dar mucha lata, sólo ser feliz y ayudar a serlo a los que me rodean". Ese segundo propósito, el de hacer feliz a los que le rodean, en el Real Madrid lo ha conseguido. Especialmente tras seguir los pasos de un Pablo Laso que ha edificado en él a su mejor discípulo, como ya se ha podido demostrar y como seguirá demostrando mientras el vitoriano necesite un relevo al frente de la nave blanca. Esta situación no preocupa en absoluto dentro del vestuario, donde conoce la sapiencia de Chus y su buen manejo. Guarda una excelente relación especialmente con Sergio Llull, el capitán de la nave, a quien ha ayudado mucho durante sus graves lesiones.
Además de sus muchas aventuras en el Real Madrid, tanto en categorías inferiores como en el primer equipo, Chus Mateo ha tenido diferentes pasos por clubes realmente importantes. Y también alguna que otra etapa bastante exótica. Tras salir del Real Madrid, siguió al otro entrenador que ha marcado su carrera, Scariolo, con el que ya compartió vestuario en el club blanco y con quien posteriormente lo hizo en el Unicaja.
Después llegó su primera aventura como entrenador en la LEB dirigiendo al CAI Zaragoza antes de comenzar una de las etapas más importantes de su carrera. Fue su llegada a Fuenlabrada, donde primero fue ayudante de Luis Gil Torres y después de Salva Maldonado. Finalizada su etapa en la Comunidad de Madrid volvió a Málaga para tomar las riendas del Unicaja. Por el camino había formado también parte del cuerpo técnico de Scariolo en la selección española.
Más tarde cambió de continente, cruzó el mundo y se fue a aprender otra cultura y otro tipo de juego a China, al Shanxi Zhongyu. Allí se empapó también de las corrientes que el gigante asiático absorbe de la NBA al apostar por un baloncesto más técnico y ofensivo, sin premiar el componente táctico que predomina en Europa. Por último, tuvo otro paso más por Fuenlabrada, su segunda casa, antes de recibir la llamada de Pablo Laso.
Durante todos estos años ha conformado un palmarés increíble en el que destacan sus dos Euroligas, sus seis Ligas ACB, sus siete Copas del Rey, sus cinco Supercopas y la Copa Intercontinental ganada en el año 2015, cuando esta la jugaba el campeón de la Euroliga. Este curso se ha quedado a las puertas de sumar una nueva Copa, tras caer derrotado en la final ante el Barça, y una nueva Euroliga, perdida hace unas semanas ante Anadolu Efes en Belgrado.
Ahora, Chus Mateo está ante uno de los momentos más importantes, especiales y a la vez extraños de su vida. Seguramente esté cumpliendo un sueño, dirigir al equipo de su vida, un Real Madrid que puede se puede proclamar campeón de la Liga Endesa. Sin embargo, lo hace por la grave ausencia de su maestro, Pablo Laso. No obstante, las buenas noticias que han llegado sobre los avances del vitoriano, ya en casa y fuera de peligro, ayudan a hacer más llevadero este trance de duración indefinida.
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