Un Clásico de baloncesto vuelve a acabar con polémica. La victoria del FC Barcelona en el segundo partido de la final de la Liga Endesa (71-69) ha dejado muy descontento al Real Madrid. El club blanco tenía la oportunidad de llevarse la serie a la capital con un 2-0 a favor, pero la actuación de los árbitros este miércoles en el Palau se lo impidieron.
Guerschon Yabusele o Nigel Williams-Goss, este desde casa, fueron algunos de los madridistas que mostraron en público su enfado por el arbitraje. Hubo decisiones polémicas, pero en concreto dos encendieron al Madrid: el manotazo de Brandon Davies a Fabien Causeur que acabó en técnica a favor del Barça y la última falta sobre Cory Higgins.
"Increíble. Es necesario parar esto", escribía Yabusele en sus redes tras el partido. El ala-pívot francés ya se encendió en la pista, lanzándose acaloradamente tras el pitido final contra el colegiado Pérez Pizarro, el principal señalado del cuerpo arbitral. En el acta no se reflejó este incidente.
Fue más expresivo en sus redes el estadounidense Williams-Goss. Lesionado, el base estalló en su cuenta de Twitter: "Los árbitros les dan el partido otra vez... Increíble. ¡No entiendo esto en absoluto! ¡¡¡Que los equipos decidan quién gana y quién pierde!!!".
Las palabras de Williams-Goss hacen recordar la polémica que cerró uno de los partidos de temporada regular, que se decidió en la prórroga tras una inexistente falta pitada a Vincent Poirier en los últimos instantes del tiempo reglamentario del partido.
En el Madrid no se explican el arbitraje del partido. Del manotazo a Causeur que fue ignorado a la acción que decantó el marcador final. El Barça se llevó el partido desde la línea de tiros libres por una dudosa falta de Walter Tavares sobre Higgins.
En las imágenes se aprecia cómo es Pérez Pizarro el que señala la falta y hace el gesto de empujar como argumento a su decisión. No hay rastro de tal empujón en la jugada.
Yabusele o Rudy Fernández acabaron el partido acalorados, aunque Chus Mateo, entrenador del Real Madrid ante la baja de Pablo Laso, no quiso añadir más leña al fuego: "No hablamos de los árbitros. Jugamos al baloncesto. Durante el partido intentas valorar con ellos si sus llamadas arbitrales son las correctas. Ellos son los jefes, valoran si ha sido falta o no. Forma parte del juego. Ya no existe el arbitraje, sólo nos centramos en el tercer partido", dijo.
El técnico madridista ya pone el foco en el tercer partido, que se jugará en el WiZink Center y con el factor cancha para el lado blanco: "Creo que estamos en un buen momento, a pesar del enfado de haber encajado la derrota. La intensidad es irrenunciable. Somos ambiciosos y eso demuestra nuestro carácter. La herida de no habernos llevado el partido, nos ayudará a jugar mejor en el próximo".