Venció el Real Madrid un apretado encuentro que por momentos tuvo controlado. Las rentas a favor de los de Chus Mateo superaron ampliamente la decena, pero terminaron chocando contra una muy mala segunda mitad. Tanto es así que Valencia tuvo en su mano el pase, pero lo desaprovechó. Gran partido de Gaby Deck, clave en los números y en las sensaciones, y también de Mario Hezonja, líder de los mejores minutos de juego. 

El Real Madrid tuvo en su mano poner la puntilla para poner punto y final al partido. Balón a favor dentro del último minuto y con un punto a su favor. Pero el ataque clave fue un auténtico despropósito. Ni Hanga, ni Tavares ni por último Yabusele consiguieron hacer nada productivo con la pelota y le dieron a Valencia Basket la posesión con 25 segundos en el reloj y posibilidad para meterse en semifinales. 

Sin embargo, Chris Jones se juegó la última pelota, intentó ganar la acción a Hanga en la penetración, después a Tavares en el lanzamiento, pero terminó fallando. Una acción que condenó a Valencia Basket, que se quedó en la orilla después de tanto remar. 

A falta de tres minutos para el final, llegó el drama para el Real Madrid. Con una gran entrada a canasta, Chris Jones consiguió empatar el partido en un momento de desconexión total de los de Chus Mateo. Dejaron de atacar en la zona en ventaja, y se enfangaron en un juego que no es llevaba a ningún lado. Después de haber mandado hasta por 16 puntos, Valencia Basket se ponía por delante en el marcador. 

Mateo confió la dirección de juego en Hanga y retiró a un mal Musa para dar entrada a Hezonja. Si el Real Madrid quería ganar el partido, que a pocos minutos del final no estaba claro, todo pasaba por el 'brate' del vestuario. Y cuando todo agonizaba, apareció Gaby Deck para anotar de tres y dar aire. Cinco puntos consecutivos y a soñar. El argentino llevaba ya 19 putos y 9 rebotes para 26 de valoración. 

El Real Madrid se tomó un respiro mientras que Hezonja cogía aire. Eso lo aprovechó Valencia Basket para seguir remando y reduciendo la diferencia en el electrónico. Un triple frontal de Bojan Dubljevic puso a los de Chus Mateo contra las cuerdas y a los taronja a tiro en el marcador. Tavares también pasó por un momento de desconexión que dejó a los de Chus Mateo en una situación delicada. 

El Real Madrid tenía un seguro con Tavares en la zona. La 'Torre de Maio' permitía a su equipo fallar una y otra vez desde el triple. Los blancos llevaban, hasta el momento, un 3 de 23 en el triple. Sin embargo, el drama para los blancos llegaba también desde la línea personal con un 20 de 29 que era la clave entre tener el partido controlado o que estuviera completamente vivo. 

En Valencia Basket, Harper cogía el relevo de Jones para mantener a los de Mumbrú en la pelea. Entre los dos tiradores y la figura de Kyle Alexander, los de Mumbrú todavía tenía una opción para intentar meterse en semifinales. Chus Mateo había devuelto a Mario Hezonja a la pista para intentar salvar la papeleta de un Madrid que no fluía. 

Empezó el último cuarto con intercambio de golpes en ambos equipos. Si por un lado golpeaba Kyle Alexander, uno de los mejores jugadores de Valencia Basket en el partido, por otro era Yabusele quien conseguía sacar ventaja en la pintura. Ante el mal día en el lanzamiento exterior, los blancos sabían que si querían sacar renta ante un Valencia Basket en línea ascendente, tenía que jugárselo todo por dentro cargando el protagonismo sobre Yabusele, Tavares y la salida de Mario Hezonja. 

Valencia Basket se cargó de faltas demasiado rápido, lo que permitió que el Real Madrid pudiera ser más agresivo en sus ataques. Con Hanga a los mandos, los blancos podían dividiar la zona mucho mejor a partir de sus penetraciones y así encontrar tiradores liberados en ambas esquinas. No perdían la esperanza de encontrar mejores porcentajes en el tiro exterior.

Sin embargo, el partido estaba ya en un puño y es que Valencia Basket, gracias a una acción de Harper de cuatro puntos, se había metido de lleno en la pelea. Un tiro libre y un triple tras coger su propio rebote, que reducían de manera importante la desventaja. El Madrid se borró en defensa en el peor momento posible y Prepelic lo aprovechó con una fácil entrada a canasta para seguir acercando a los valencianos. Un parcial abierto de 3-11 ponía a los blancos a temblar antes del último cuarto. Sin embargo, el tiro libre permitió a los blancos sacar la cabeza del hoyo.

El tercer cuarto estaba siendo de desgaste absoluto. Jugadores como Deck o Musa estaban llevando el partido a un plano demasiado físico, abusando de las penetraciones para buscar tiros desde más cerca del aro y así subir porcentajes. Para la pelea final del acto, los dos entrenadores cambiaron casi por completo sus quintetos y volvieron jugadores como Rivero, Prepelic, Hanga o Hezonja. 

Se soltaban las estrellas y empezaba a llegar el espectáculo a un partido que hasta ahora había sido tosco, de mucho choque. Chris Jones bailaba a Tavares en la pintura y acto seguido Musa respondía con un mate estratosférico. Los blancos seguían viviendo de su rebote ofensivo, el cual permitía tener más segundas oportunidades y también encontrar espacios. Si el Madrid corría, Valencia estaba muerto. Pero en estático, los de Mumbrú se llevaban la lucha. 

Los mejores minutos del Madrid, con Mario Hezonja a los mandos, ya eran historia. Valencia Basket se había metido en la pelea de lleno con un Chris Jones que se había puesto a los mandos de su equipo. Ya sumaba cuatro asistencias y estaba dejando grandes combinaciones con Dubljevic, jugando el dentro fuera en la zona para generar espacios. Los blancos solo estiraban su renta desde la línea de personal. Un triple de Pradilla confirmaba la resurrección. 

Se notó que Valencia Basket había terminado el tercer cuarto con moral después de los triples de Evans y Prepelic. Tanto que el Real Madrid salió algo noqueado a la reanduación de partido. Los blancos, que solo habían perdido tres balones en los dos primeros cuartos, sumaron dos pérdidas consecutivas en los dos primeros minutos de juego. 

Desacierto en los de Chus Mateo y mucho coraje en un Valencia Basket que remaba para eliminar la desventaja en el marcador. El Madrid empezaba a acudir a la línea de tiros libres y desde ahí sí conseguía sumar. Sin embargo, Valencia Basket estaba jugando mejor a los mandos de Jones, que encontraba bien por dentro a Claver y Dubljevic. 

Llegó el partido al descanso. Lo necesitaba Valencia Basket, que tuvo un momento de lucidez en ataque cuando Rivero tomó la responsabilidad y cuando este encontró espacios. Sin embargo, en cuanto Poirier entró a defender bien en las ayudas, tanto del propio Rivero como de Pradilla, los de Mumbrú se fueron del encuentro. 

Para colmo, este bajón de rendimiento también provocó que volvieran a tener carencias en el rebote defensivo. Jugadores como Claver, López-Arostegui o Prepelic no habían conseguido sumar ni un solo punto mientras Poirier o Hezonja sacaban la cara por los blancos. Un triple de Evans en la penúltima posesióny otro de Prepelic, desde el centro del campo y sobre la bocina, evitaron males mayores.

Vincent Poirier. La figura del francés emergió en la defensa del Real Madrid como un gigante para tapar las carencias de jugadores como Cornelie, algo superado por el escenario. Tanto es así que Chus Mateo le sentó y dio entrada a un Yabusele que había demostrado intención, pero no acierto en el primer cuarto. 

También salió Sergio Rodríguez para ponerse a los mandos del equipo antes del descanso. El canario quería mejorar la circulación exterior para que los sistemas del conjunto entrenado por Chus Mateo funcionara y que no todo fueran acciones prácticas que terminara en el uno contra uno. 

Alex Mumbrú había encontrado la vía para generar desequilibrio en la defensa del Real Madrid. Su figura era Rivero. El ala pívot le estaba ganando el duelo a Cornelie y solo a través de las ayudas de Poirier conseguían detenerle. Pero el duelo estaba siendo precioso. Además, estaba bien acompañado por Harper en el tiro exterior. 

En el caso del Real Madrid, aunque el ataque se había atascado algo a medida que Valencia Basket conseguía frenar la sangría en el rebote ofensivo, era Mario Hezonja quien había tomado el relevo. A pesar de los fallos del principio, el potente alero se aprovechaba de su fortaleza física para sacar ventaja de todas sus defensores, especialmente en el poste. 

Valencia Basket llevaba como podía la mochila del fallo en el tiro. Había salido a pista su mejor anotador, Klemen Prepelic, pero ni por esas. El Real Madrid, con Llull y Causeur a los mandos, estaba jugando más y mejor. Solo les salvaba que los blancos no acertaban desde el tiro exterior. Hezonja se estrelló de manera consecutiva hasta en dos ocasiones que provocaron un cierto enfado en el balcánico. En los taronja, Alexander y la movilidad de Rivero, que salía y entraba de la zona para encontrar espacios y así hallar un camino ahcia el aro. 

La nota más destacada fue el susto dado por Sergio Llull, que se hizo daño en la rodilla izquierda tras un choque con Prepelic. El escolta de Valencia Basket le cayó encima y se encendieron las alarmas con el escolta de Mahón. 

El Real Madrid comenzó el segundo cuarto arrasando igual que lo había hecho en el primero. Un parcial de 8-2 en el comienzo del segundo acto amenazaba con romper el partido. El total ascendía ya al 19-6 con la resaca del final del primer acto. Chus Mateo siguió introduciendo variantes y dio entrada a Llull, Hezonja y Poirier y los blancos no notaron la salida de los titulares, siguieron creciendo sin parar. 

El final del primer cuarto no fue positivo para Valencia Basket. Funcionó el quinteto titular del Real Madrid tanto que Chus Mateo no hizo variantes hasta transcurridos nueve minutos y medio. Se sentaron Goss, Musa y Yabusele y entraron jugadores como Cornelie, Hanga y Llull. El Madrid había abierto hueco en el Valencia Basket tenía que conformarse con entregarse a lo que Harper podía conseguir desde el lanzamiento de media y larga distancia. 

Le costó a Valencia Basket proponer en ataque y sus tiros, que se estrellaban una y otra vez contra el aro, terminaban en las manos de los pívots del Real Madrid que hacía sangre una y otra vez saliendo rápido. Tavares empezaba a ser clave sumando capturas y puntos que rompían el partido. 

Poco a poco, los dos equipos se fueron soltando en el juego ofensivo. Los del Chus mateo repartieron la responsabilidad en el juego ofensivo y apretaron en defensa lo suficiente como para abrir algo de hueco en el marcador. Gaby Deck, Musa y Tavares tomaron la responsabilidad que hasta entonces había tenido Yabusele y consiguieron hacer del juego del equipo blanco un espectáculo más coral. Robo y salir rápido al contraataque para intentar poner tierra de por medio en el marcador. 

Yabusele arrancó el duelo con gran protagonismo en ataque, pero incapaz de detener a Bojan Dubljevic en defensa. El francés y el balcánico llevaban la voz cantante en un primer cuarto que arrancó con ataques en estático, pero poco elabarados. Defensas muy intesas siempre lejos del aro y dificultades en ambos equipos para cerrar los rebotes en aro propio. 

Las malas noticias para los dos equipos estaban en el triple. El Real Madrid registraba un 0 de 3 de inicio y Valencia Basket daba la réplica con un 0 de 5. Porcentajes muy bajos en los primero minutos de esta Copa del Rey. Muchos nervios y solo un 25% en tiros de campo para ambos equipos.