El Real Madrid tiene que analizar muchas cosas de la derrota sufrida en las semifinales de la Copa del Rey ante el Unicaja Málaga. Sin embargo, Chus Mateo debe poner uno de los principales focos de atención en los lanzamientos de triple y el escaso acierto que, casi partido tras partido, tienen sus jugadores en este tipo de tiros desde larga distancia.
El bajo porcentaje de tino en esta faceta del juego ya le ha costado varios disgustos al conjunto blanco en lo que va de temporada, pero cualquier fallo en una competición tan corta y explosiva como es la Copa del Rey pasa facturas demasiado grandes. Ya en los cuartos de final, al Real Madrid le costó firmar buenos números lanzando más allá de la línea de 6,75, aunque sobrevivió al Valencia Basket, pero la exigencia es mayor cuanto más importante es la eliminatoria y el lastre fue demasiado grande en las semifinales.
El contraste fue exagerado. El Unicaja Málaga basó una parte importante de su sorprendente victoria en el acierto exterior al endosarle la friolera de 14 triples al Real Madrid. Una cifra muy elevada que se tradujo en un total de 42 puntos para los andaluces, algo que decanta cualquier partido de forma irremediable.
La cara opuesta la protagonizó el equipo de Chus Mateo. Pensar en superar unas semifinales de una competición tan exigente como la Copa del Rey convirtiendo tan solo 3 lanzamientos exteriores es un pensamiento demasiado optimista. La falta de acierto fue demasiado evidente, sangrante comparándola con el Unicaja, así que la realidad deja más que claro que el Real Madrid necesita trabajar y mejorar mucho para evitar este tipo de tropiezos en el futuro.
Poca efectividad
Los lanzamientos más complicados en el baloncesto son los triples, pero en esta Copa del Rey ha quedado claro que al Real Madrid se la ha hecho más pequeño el aro de lo habitual. No será por falta de intención, porque los blancos han tratado de anotar de tres una y otra vez tanto en los cuartos de final como en las semifinales, pero independientemente de jugador la muñeca no terminaba de estar fina.
Las estadísticas no mienten y hablan por sí solas. El estreno en la Copa del Rey ante el Valencia Basket ya fue aciago en este sentido. El Real Madrid ejecutó hasta 27 lanzamientos desde más allá de la línea del 6,75 y tan solo consiguió convertir 5 de ellos. Es decir, que en los cuartos de final el acierto se quedó en un 18,52%, una cifra corta para un duelo tan igualado.
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Hezonja fue quien más insistió en esta faceta con hasta 7 tiros de los que convirtió 2, seguido por Hanga con 5 y ninguno anotado, o Sergio Llull y Deck con 1 acierto entre los 3 intentos. De hecho, tan solo dos jugadores se quedaron sin ensayar un triple, Tavares y Poirier.
Lejos de revertir la situación, todo fue a peor en las semifinales ante el Unicaja Málaga. Aquí, el Real Madrid convirtió todavía menos triples e intentó este tipo de lanzamientos en menos ocasiones. 21 veces trataron los blancos de acertar con el aro andaluz desde el perímetro, pero tan solo dieron en el clavo en 3 de ellas. Solo 3 triples anotados en 40 minutos, un guarismo que se ve todavía más escaso al compararlo con los 14 convertidos por el rival, casi 5 veces más.
El porcentaje en esta ocasión se quedó en un 14,28% escaso, y los únicos afortunados en anotar un triple fueron Causeur, Sergio Rodríguez y Musa, con uno cada uno. Es decir, tan solo 9 puntos obtenidos a base de triples sobre el total de 82 que consiguió el Real Madrid en este encuentro. La media de acierto en esta Copa del Rey se quedó en un 16,4%, una cifra que, a buen seguro, Chus Mateo tratará de aumentar para lo que resta de temporada.