Alberto Marcos Jorge Calabrés

La segunda derrota del Real Madrid en la serie ante el Partizán de Belgrado (80-95) terminó con una lamentable imagen. En los instantes finales del choque, cuando todo estaba decidido a favor del conjunto serbio y restaba 1:40 para el final, se desencadenó una auténtica batalla campal en pleno parqué donde volaron los puñetazos entre los jugadores de ambos equipos.

Tal fue el tamaño de la descomunal trifulca que los colegiados, después de estar durante varios minutos revisando la acción en los monitores, decidieron dar por concluido el encuentro antes de tiempo. Los árbitros mandaron a los equipos a vestuarios para evitar males mayores. Yabusele realizó una peligrosa a llave a Exum que pudo tener graves consecuencias para el jugador del Partizán. 

Todo se desencadenó después de que Punter sufriera una dura e innecesaria falta de Llull. Acto seguido el jugador del Partizán se revolvió contra el del Real Madrid, chocando sus cuerpos y amezando el estadounidense con dar varios puñetazos. A partir de ese momento se formó una pelea de la que nadie se libró y que puede acarrear graves sanciones para los dos conjuntos. 

[La tensión en el Real Madrid - Partizán también se trasladó a la grada con conatos de pelea]

Yabusele acudió a la ayuda de Llull y empujó con dureza a Punter. Viendo este enfrentamiento, de forma inmediata, todos los jugadores que estaban sobre la pista y también los integrantes de ambos banquillos saltaron a la cancha para evitar males mayores. Incluso los miembros de la seguridad privada tuvieron que hacer acto de presencia mientras una nube de jugadores se empujaba y se lanzaba puñetazos.

Una pelea interminable

La falta de Sergi Llull fue lo que encendió la mecha. Tras encararse con Punter, Exum, el jugador del Partizán, acudió como una exhalación para tirarle un primer puñetazo al propio Llull. Allí acudió rápidamente también Deck por parte del Real Madrid para abrazar a su rival por detrás y posteriormente lanzarle otro puñetazo. 

Para entonces, la nube de jugadores era ya impresionante y apenas habían pasado un par de segundos. Con Musa lanzándose también a por Exum y después a por Punter, Yabusele agarró firmemente a Exum por la espalda y lo estrelló contra el suelo de forma violenta y peligrosa. El australiano se lesionó en uno de sus tobillos como consecuencia de la agresión. Se formaron también varias peleas simultáneas, ya que Punter también lanzó varios puñetazos a Musa mientras tanto en otro lado de la cancha.

Lessort se fue entonces a por Musa y el bosnio acabó en el suelo después de que el jugador del Partizán le agarrara del cuello y de la espalda. Unas imágenes bochornosas para cerrar el segundo encuentro de los playoffs de cuartos de final de la Euroliga.

 

Los cuerpos técnicos y empleados del Real Madrid también saltaron a la pista para intentar frenar una pelea que, por momentos, parecía que jamás terminaría. Familiares de Yabusele se lo llevaron de la cancha antes incluso de que los árbitros comenzaran a revisar las jugadas. Hasta Raúl, leyenda del equipo de fútbol y entrenador del Castilla, se levantó de su asiento próximo a la pista.

Los miembros de seguridad no eran capaces de controlar a todos los implicados, hasta que pasado un tiempo las aguas volvieron a su cauce y los árbitros comenzaron a visionar las acciones. Uno de los colegiados llegó a decir: "¿Quién no está implicado en la pelea?". Finalmente, el balance fue de 10 descalificados por parte del Real Madrid y otros 11 por el lado del Partizán.

Al final, al menos, algunos jugadores veteranos como Rudy lograron apaciguar las aguas, incluso el balear acabó charlando amistosamente con Zeljko Obradovic cuando abandonaban el parqué. 

El Real Madrid jugará contra Partizán el tercer partido el próximo martes en Belgrado con todo en contra: el 0-2 en la serie y un Stark Arena que convertirá al siempre caliente pabellón serbio en una trampa muy peligrosa para los de Chus Mateo.

Los incidentes del WiZink Center provocan que el encuentro en Serbia sea declarado de alto riesgo, mientras se espera que la Euroliga se pronuncie oficialmente sobre las sanciones y las consecuencias de una batalla campal impropia del siglo XXI.