Iker Gil López nació hace trece años en Zaragoza, donde comenzó a formarse en el fútbol, jugando para La Muela, Óliver y La Amistad antes de llegar al propio club maño. Sin embargo, su vida dio un salto radical el pasado verano, cuando fichó por el Real Madrid.

El delantero reforzó al Infantil B, y en tan solo una temporada ha demostrado ser una estrella en ciernes. En el grupo 1 de la División de Honor madrileña ha jugado veinte partidos, 18 de ellos como titular, y marcado 26 goles en 945 minutos. Esto supone un tanto cada 37 minutos, unos números verdaderamente increíbles.

SU MEJOR ACTUACIÓN CON LA CAMISETA BLANCA

Una de sus mejores actuaciones llegó en la jornada 21, cuando el Madrid venció por 0-6 al Nuevo Boadilla. Iker marcó cuatro goles, uno de ellos de penalti -su única diana mediante esta vía-. Además de ese póquer -su primer y hasta el momento único como jugador blanco-, ha firmado dos hat-tricks, cinco dobletes y seis partidos en los que marcó un solo tanto. Tan solo se ha quedado sin marcar en seis partidos.

Iker Gil López, jugador del Infantil B

Pero ahí no acaban sus números. Marcó tres goles en los cuatro partidos que disputó en La Liga Promises, torneo donde el Madrid cayó en cuartos de final ante el Espanyol por 1-0. Además, fue el máximo goleador de la Copa Intercontinental Sub13 2018, celebrada en Dubai, y donde los blancos perdieron en la final, ante el Lizzy Sports, en la tanda de penaltis tras haber empatado a uno.

Pero eso no empaña las actuaciones de un delantero que se define como llegador, desmarcador y recortador. Un atacante con gran habilidad, físico y movilidad, cualidades que une a su tremendo olfato goleador. Una estrella en ciernes.

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