El Castilla no pudo hacerse con la primera victoria de la pretemporada frente a la Conquense. Después del empate a uno en el tiempo reglamentario, el primer filial madridista cayó en los penaltis tras los lanzamientos errados de Alberto -quien marcó el único gol de su equipo durante los 90 minutos- y Dani Gómez.

Muchas miradas estaban puestas en la figura del futbolista tinerfeño, Cristo González. El jugador llegó a La Fábrica el pasado verano procedente del Tenerife y pese a despertar una gran ilusión durante la pretemporada, su rendimiento se caracterizó por la irregularidad en los dos primeros tercios de la 2017/2018.

A sus 20 años -cumplirá 21 el próximo mes de octubre- el canterano es una promesa por la que se apostó mucho en su día. La pasada campaña sembró algunas dudas, pero contó con el apoyo incondicional de Solari, para el que fue titular indiscutible desde el primer momento.

En la competición doméstica, Segunda B, el jugador tan solo se perdió tres encuentros. Disputó un total de 35 partidos en los que marcó once goles y repartió tres asistencias a sus compañeros. Más de la mitad de sus dianas llegaron en el último tramo del curso. Y es que Cristo entró en racha a seis jornadas del final, cuando consiguió ver puerta en todos y cada uno de los duelos que disputó.

Las tareas de Cristo González

El tinerfeño sabe que aún tiene mucho que demostrar. Cristo quiere devolver la confianza depositada en él por parte de Santiago Solari y nada que mejor que continuar con la racha goleadora con la que finalizó la campaña anterior. Este es un objetivo primordial, ya que debe convencer si quiere continuar dando pasos adelante en su carrera.

Superar tanto sus números de gol como de asistencias es el segundo objetivo marcado por el futbolista, quien no debe tener demasiadas dificultades para lograr este aspecto si mantiene una regularidad que agradecería el Castilla en especial, ya que de ser así el soñado ascenso a la categoría de plata del fútbol español estaría más cerca.