No es fácil caer de pie después de firmar por un equipo en el mercado invernal. La mayoría de estos traspasos suelen involucrar a jugadores que no han terminado de rendir al nivel esperado, que no han tenido los minutos que necesitan o en los que el entrenador de turno no tiene demasiada confianza en el protagonista del traspaso o de la cesión. Una cuestión que se agudiza en el caso de los delanteros, siempre en el punto de mira por sus cifras goleadoras.
En La Liga, el caso de Raúl de Tomás es uno de los que se podrían meter en el saco de los que han encajado como guante al dedo en el equipo en el que han recalado. Otros, como Yussef En-Nesyri en el Sevilla o Deyverson en el Getafe, empiezan a dejar sus destellos de calidad. Pero lo habitual es que les cueste encajar en un equipo que ya está rodado.
Más difícil es aún cuando tienes que bajar tu categoría para volver a tratar de brillar y demostrar que eres algo más que una promesa. Ese ese el caso de Marc Gual. El de Badalona estaba cedido por el Sevilla en el Girona donde no estaba aprovechando demasiado las oportunidades que le había brindado Juan Carlos Unzué. El drama que supusieron las lesiones de Rodrigo Rodrigues y Pedro Ruiz para Raúl González ha encontrado su solución en este delantero que ha encajado muy bien en su once.
Dos golazos
El delantero vive del gol y Marc Gual ha demostrado en los dos encuentros que lleva tras su llegada al Castilla que de eso le sobra. En su estreno ante el Langreo marcó el único gol del equipo en un empate que supo a poco y fue injusto por las decisiones arbitrales. Pero este último fin de semana sacó toda su calidad a relucir ante el Alfredo Di Stefano ante Las Palmas Atlético.
Desde el inicio del partido el delantero se mostró muy participativo y se hizo responsable de llevar el peligro a la portería rival. Gual quería meterse en el bolsillo a la afición que le va a apoyar hasta el final de temporada y su esfuerzo tuvo su recompensa en la segunda mitad. Con una fantástica acción individual conseguía meterse en el área para batir cruzando el balón al palo contrario al portero para hacer el tercero en la cuenta de los de Raúl.
Experiencia a sus 23 años
Marc Gual es de la cantera del Espanyol. En el club perico tenía el cartel de una de sus grandes promesas. En el juvenil se pasó dos temporadas viendo portería en 15 ocasiones, aunque en el filial bajó sus cifras goleadoras (6 y 7 goles en dos cursos). Todo esto sirvió para que el Sevilla se fijase en él y le fichase para su filial.
Tras un comienzo titubeante en el conjunto de Nervión, se repuso con una gran segunda vuelta en la que marcó 13 goles. La siguiente temporada no sería demasiado buena, ya que solo consiguió un tanto. Aún así, el Zaragoza confió en él para sustituir a Borja Iglesias. En la ciudad maña no guardan un buen recuerdo de él después de solo sumar seis goles.
Y esta misma campaña salía cedido al Girona, un equipo con aspiraciones más que claras a regresar a LaLiga Santander, para acompañar al que ahora mismo es el máximo goleador de la segunda categoría del fútbol nacional, Christian Stuani. El equipo catalán lo recibía con una opción de compra por si finalmente cumplía con las expectativas, pero las esperanzas con él se cortaron en invierno cuando firmó su salida al Castilla.
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