Desde el CD Tacón hasta el estreno de la sección oficial, hay una cuestión que ha quedado clara en la plantilla: el Real Madrid Femenino es cosa de las suecas Sofia Jakobsson y Kosovare Asllani. Pero, en los últimos partidos, la primera de las dos ha marcado la diferencia de forma especial. La jugadora de 30 años fue la llave del equipo para abrir el derbi frente al Madrid CFF, pero es que ante el Sporting de Huelva consiguió el tanto que permitió a las blancas aguantar el pulso al Barça en lo más alto de la tabla.
Jakobsson ha puesto en estos dos choques toda su calidad al servicio del equipo. Ante el equipo andaluz tuvo que duplicarse por la baja de Asllani. Allí surgió para hacer el único gol del choque, con su olfato que ya la coloca como la segunda máxima anotadora de la entidad, junto a Marta Cardona. Ambas están haciendo de su sociedad en las bandas del ataque merengue un auténtico lujo para David Aznar. Sin duda las dos se entienden muy bien, como se pudo ver en el segundo tanto del choque ante el Madrid CFF.
Esa asistencia es la sexta de la temporada para Jakobsson. La sueca es la máxima repartidora de goles de la plantilla, la tercera del campeonato, por lo que no solo se le caen los goles de los pies, si no que también está demostrando su faceta más creativa. Desde la banda izquierda, y también desde la derecha, este año está surtiendo de balones a las jugadoras tanto en el área como en los aledaños y es una de las que más oportunidades crea.
Si el Real Madrid Femenino es segundo en la tabla, es en gran parte por su rendimiento. Ahora ha roto a marcar goles, como si no tuviera suficientes galones en la plantilla. Es una de las principales referencias, es insustituible a no ser que esté vacía de energía y apunta a que su final de temporada será esencial para determinar qué le deparará a las merengues en la primera campaña de esta nueva sección de la entidad.
Drama familiar
Justo cuando se confirmó su llegada al Real Madrid Femenino, CD Tacón la pasada temporada, sufrió un drama familiar. Una llamada telefónica dejó KO a la futbolista. Su hermano pequeño y ojito derecho, Anders, había sufrido una hemorragia cerebral y los médicos que le atendían no sabían si volvería a despertar algún día.
"Ver a la persona más importante de mi vida con tubos saliendo de su boca y de su cabeza parecía algo que solo se ve en la televisión", señaló una Sofia Jakobsson que durante doce días estuvo visitando a diario a su hermano en el hospital hasta que, al fin, despertó. "Mi madre me dijo que mi hermano estaba en el hospital y en cuidados intensivos. Me desplomé encima de mi maleta y pensé que no podía ser verdad", relató la jugadora en la televisión sueca.
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