Babett Peter anuncia su retirada del fútbol profesional. La jugadora del Real Madrid Femenino pone fin a dos décadas dedicadas al desarrollo de este deporte. Al final de esta campaña, la alemana cuelga las botas. Con el apodo de 'Hulk' comenzaron a conocerla en Alemania. Su pasión por el trabajo en el gimnasio más allá de los entrenamientos de sus equipos y también por su paso como soldado deportiva profesional del Ejército Federal de su país marcó su carrera.
La germana fue indiscutible con la Mannschaft, llegando a acumular 118 internacionalidades. Pero decidió cerrar esta etapa -después de ganar la Copa del Mundo de 2006, la Eurocopa de 2009 y dos medallas olímpicas (bronce en 2008 y oro en 2016)-, justo antes del Mundial de Francia. Del Turbine Potsdam pasó al FFC Frankfurt, antes de dar el paso al Wolfsburgo con el que hizo historia en este deporte con una línea infinita de éxitos.
Ocho títulos de liga, siete de Copa y una Women's Champions League figuran en su palmarés. Una futbolista a la que comparaban con Philipp Lahm, el líder durante años de la selección germana y del Bayern Múnich, ha marcado también el inicio de la que se espera que sea una gran historia del Real Madrid Femenino. Indiscutible en la defensa merengue, ha vivido tres grandes temporadas en España plantando las bases de una sección que mira al futuro con ilusión.
"En mi carrera como futbolista profesional, he tenido el privilegio de vivir momentos inolvidables ganando títulos, pero también derrotas difíciles, fracasos y aprendiendo muchas lecciones de vida. El valor más valioso y gratificante es el de las personas que he conocido durante mi viaje y el honor que ha supuesto trabajar con ellos. (...) Gracias fútbol por darme la oportunidad de vivir mis sueños", apuntaba la defensa del Real Madrid Femenino.
La experiencia
Con tan solo 5 años, Babett sufrió una parálisis parcial en el rostro, cuyas secuelas pueden verse en su cara hoy en día pese a someterse a una cirugía cuando todavía no había cumplido los 16. Este episodio de su vida le hizo ser más fuerte y crecer como persona. Cuando era una niña sus compañeros de colegio se reían de ella. La mitad izquierda de su cara estaba caída, el ojo no se le cerraba y la boca la tenía torcida.
Esta piedra en su camino le impidió seguir creciendo y comenzó a practicar deporte para sentirse mejor. Siendo pequeña empezó con la gimnasia, pero pronto descubrió que el fútbol se le daba aún mejor. Fue practicándolo donde se sintió "importante" por primera vez y logró plantar cara a aquellos otros niños que se habían mofado de ella. Con 15 años, y tras demostrar que era mejor que muchos chicos, dejó su casa para ingresar en el internado del Lomototive Leipzig.
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