Gareth Bale no ha participado en un encuentro con el Real Madrid desde el 22 de noviembre del pasado año. Dos meses ausente a causa de una lesión en su tobillo derecho que se le llevó cuando mejor estaba jugando en su carrera. Durante este tiempo el equipo ha tratado de suplir su ausencia, difícil labor dada la categoría del extremo galés.
Sin el '11', Zidane y los suyos han sido capaces de asentarse en el liderato de Liga, hacerse con el Mundialito, clasificarse para cuartos de la Copa del Rey y alargar la racha invicta hasta los 40 partidos. Quien sabe si con Bale el récord no hubiera caído en el Sánchez Pizjuán y la visita al Camp Nou se hubiera saldado con una victoria. Tan solo son hipótesis pero la presencia del 'Expreso de Cardiff' seguro que se agradecería para lo que está por venir.
Bale se ausentará hasta pasada la mitad de febrero. Poco más de un mes cargado de citas muy importantes para el devenir de la temporada blanca como son los cuartos y las -futuribles- semis de Copa y los octavos de final de la Champions ante el Nápoles. El futbolista se machaca para retornar a los terrenos de juego lo antes posible pero la realidad es que estas citas no contarán con la presencia del galés, al menos sobre el césped.
Jugadores como Lucas, James, Asensio o Isco han cubierto la banda derecha en ausencia de Bale. Cada uno a su modo y de manera eficiente, pero ninguno como el galés. En el Bernabéu se echan en falta sus profundas carreras, sus goles y asistencias y también, a destacar, su sacrificio en defensa que este año ha sacado a relucir. Un jugador que aporta mayor electricidad al sistema de Zidane y capaz de desatascar situaciones límites. Sin pausa pero sin prisas, Bale prepara una vuelta que todo madridista desea pero para la que habrá que esperar.