El mundo del fútbol se rinde fácilmente a los jugadores que atesoran talento en sus botas. Isco Alarcón es uno de esos futbolistas. El Real Madrid se hizo con los servicios del mediapunta cuando militaba en el Málaga tras asombrar al planeta con la calidad en su regate, su acierto en el pase y su resolución de cara a la portería.
Isco llegó al Real Madrid cuando Carlo Ancelotti entró en el banquillo blanco. Fue, precisamente, con el técnico italiano cuando vivió sus mejores años como jugador profesional. En su primera temporada vestido de corto como madridista estuvo presente en el 88,3% de los minutos, y además dejó su registro goleador en los más alto, con once tantos. El buen rendimiento le valió para que en su segunda temporada su presencia se hiciera indiscutible. En su segundo año jugó el 91,37% de los minutos, en los cuales dejó como máxima su récord de asistencias, que se elevaron a 14.
CON RAFA BENÍTEZ CAMBIÓ TODO
Tras dos años en los que Carlo Ancelotti dejó la tan ansiada Décima y el rendimiento en su esplendor de jugadores como Isco, llegó Rafa Benítez. Para el entrenador español, el malagueño, que se encontraba en un bajo estado de forma, no debía tener hueco en el once inicial, y le levó al banquillo. El rendimiento del mediapunta decayó considerablemente. Con la llegada de Zinedine Zidane la situación no mejoró. La participación del jugador la pasada temporada disminuyo hasta el 82,7%, aunque su rendimiento se vio fuertemente lacrado, aportando únicamente cuatro goles y asistencias.
En la presente temporada, en la que Zinedine Zidane sigue ocupando el banquillo madridisat, Isco está jugando menos que nunca. Bien es cierto que en el mercado de verano sonaron campanas desde la Premier League, concretamente desde el Tottenham, pero el malagueño decidió quedarse y ganarse un hueco en el equipo. El técnico francés cuenta con el jugador, pero las lesiones han sido un impedimento para que el mediapunta tenga incidencia en el juego, y ha visto como su participación se ha reducido al 62,5% de los minutos.