Es curioso comprobar como el hombre que siempre predicaba que jamás hablaría de los árbitros ha salido finalmente de la hipocresía en la que pretendía esconderse durante toda la temporada, para quejarse públicamente y en rueda de prensa sobre la tarjeta amarilla que vio Neymar el pasado miércoles en el Vicente Calderón. Esta cartulina le impedirá al brasileño disputar el partido de vuelta de semifinales de Copa del Rey en el Camp Nou la próxima semana frente al Atlético de Madrid.
Sin embargo, Luis Enrique debería informarse, o deberían tenerle informado, de las estadísticas de su equipo en torno a las tarjetas amarillas. Pese a la moto que intenta vender el entrenador español a la prensa deportiva, el Barcelona es el equipo que menos tarjetas amarillas ha visto en las últimas dos temporadas con un total de 107 cartulinas, la cifra más baja de todos los equipos de Primera División,
Y junto con ello, también se adjudica el récord de ser el conjunto con menos tarjetas rojas y menos penaltis señalados en contra de los 20 equipos que componen la liga española. Números llamativos considerando los lloros y lamentos que vienen sucediéndose por parte de Luis Enrique y de todo el Barcelona en general desde hace unas semanas.