Los dos partidos de La Liga aplazados han puesto al Barcelona a solo un punto del Real Madrid. Esta presión añadida no gusta en el vestuario blanco, que al igual que en el club, se cree que han sido perjudicados por la suspensión del encuentro ante el Celta. La situación en la competición doméstica ha cambiado por completo y es que un tropiezo en El Sadar la próxima jornada podría provocar un cambio de líder aunque después del conjunto de Zidane tuviera que recuperar los dos duelos atrasados. Se teme el efecto psicológico que va a tener esta 'clasificación mentirosa', como la denomina algún futbolista. También se teme desde el mero aspecto del juego el hecho de cómo influirá a una plantilla que está acostumbrada a competir cada tres días el hecho de que vayan a sufrir un parón de dos semanas. 

MÁS PRESIÓN

El hecho de que el enfrentamiento ante el Celta pueda disputarse justo entre las dos últimas jornadas de La Liga enfada y mucho en el Real Madrid. La Liga se ha desvirtuado después de esta suspensión y sobre todo por no haber encontrado una solución al problema cuando quedaban más de 24 horas por delante. El hecho de que no se cumpla con el artículo del reglamento que obliga a tener siempre a disposición un estadio alternativo en caso de cualquier incidencia ha cabreado mucho en la entidad madrileña.  El cabreo del vestuario blanco es palpable pero a la vez hay una mayor motivación para lograr un título que se debería sentir como heroico en caso de ganarlo después de todas las piedras que tienen que ir sorteando. 

CONJURA POR LA LIGA

La plantilla del Real Madrid se encuentra ahora más comprometido que nunca por La Liga y Zidane intentará de tirar de esa energía positiva para salvar las dificultades. El comienzo de año ha sido duro después de la eliminación copera y el extra de presión en la competición liguera por culpa de terceros, pero se confía en utilizar esto en su favor y se destaca sobre todo que con dos jornadas menos se siga liderando la tabla. El técnico galo da un gran valor a este hecho e incluso refrenda la buena campaña que se ha realizado hasta la fecha. El campeón de Europa está enfadado y eso puede ser una arma de doble filo para sus rivales. Este Real Madrid tiene ahora más hambre y más motivación que nunca. 

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