Aunque la plantilla blanca estuviera más que preparada para Balaídos, tras haberse aplazado el partido, toca borrón y cuenta nueva y centrarse en los próximos objetivos. El Osasuna será el rival que tendrá que hacer frente a un Madrid que llega con las pilas más cargadas que nunca. Tras no haber podido disputar el encuentro contra el Celta -a pesar de que el club merengue hiciera todo lo que posible para ello-, los de Zidane se enfrentarán al equipo pamplonés después de haber estado 15 días sin jugar.
Un escenario que se complica para el adversario, que aunque juegue en casa, la plantilla madridista saldrá desde el minuto uno con un hambre insaciable de gol y de seguir manteniéndose líder en La Liga. Un mes de febrero que se prevé de lo más intenso por la vuelta la Champions League en la que los pupilos de Zidane, como actuales campeones de Europa, se dejarán la piel para llevarse otra "orejona" a casa.
Otro dato importante a destacar es que la enfermería blanca se empieza a vaciar tras un periodo complicado. Con Carvajal de vuelta con el grupo, y teniendo a Modric, Marcelo y James entre sus filas, Zizou ya respira más tranquilo. Solo Gareth Bale seguiría sin estar disponible, aunque el galés está haciendo todo lo posible para volver cuanto antes al terreno de juego. Toda la artillería pesada vuelve a la carga y el rival debería temer a un Real Madrid que viene con muchas ganas.