El Real Madrid ha comenzado su semana de entrenamientos con una gran noticia: ya se ha vaciado prácticamente la enfermería. Si hay algo que se ha visto esta temporada hasta la saciedad ha sido los constantes problemas físicos que han ido golpeando a diversos jugadores blancos y que han castigado a una plantilla que ha tenido que jugar sin hasta cuatro de sus titulares al mismo tiempo. 

La temporada ya comenzó con Keylor, Benzema y Cristiano en el dique seco. Ninguno pudo hacer una pretemporada en condiciones y eso se fue notando en sus primeros meses. A pesar de sus problemas, hombres como Asensio, Morata o Kiko Casilla tomaron el mando del equipo demostrando que este año Zidane tenía alternativas para casi cualquier situación.

Cuando parecía que el equipo ya se había sobrepuesto a las lesiones, primero Modric y luego Bale pasaron a formar parte de una lista de lesionados por la que ha pasado también Ramos, Varane, Kroos, Casemiro, Isco y hasta Morata en unos meses aciagos en cuanto a lesiones. Aunque se esperaba que el nuevo año diese un respiro al club blanco, lo cierto es que 2017 ha comenzado con la enfermería llena. Pepe, James, Carvajal y Marcelo han sido los últimos en unirse, poniéndole las cosas difíciles a un Zidane que ha tenido que inventar un nuevo sistema en casi cada partido.

BALE, EN CHAMPIONS

Este problema parece estar a punto de terminarse, y es que febrero llega con la recuperación de todos a excepción de Bale, que está en la última fase de su recuperación. Frente a Osasuna, Zidane podrá contar con prácticamente todo el equipo casi por primera vez esta temporada y preparará la llegada de la Champions con todos sus efectivos. De esta forma, el técnico madridista podrá volver a contar con su once preferido a excepción de un Bale que ha acelerado su recuperación y está casi listo para volver al equipo. 

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