Unas 300 personas no pudieron asistir al encuentro de Champions que enfrentaba al Nápoles y Real Madrid al detectar que eran portadores de entradas falsas de entre 70 y 160 euros procedentes de una red de reventa italiana.

Los miembros de seguridad del Santiago Bernabéu, con ayuda de una linterna de luz ultravioleta, pudieron detectar la estafa y evitar más problemas en el interior del estadio. Varios aficionados que se habían desplazado desde Italia para presenciar el encuentro fueron víctimas del engaño y no pudieron entrar a las inmediaciones del estadio.

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