La noche del miércoles fue la noche de Karim Benzema. El delantero del Real Madrid fue uno de los más destacados, sino el que más, de la victoria del conjunto blanco por 3 a 1 al Nápoles. Poco importaron las críticas que el francés ha tenido que soportar en las últimas semanas para demostrar una vez más porque es el '9' del campeón de Europa.

La Champions League es el patio de colegio de Benzema. En esta competición monsieur está en su salsa. Es escuchar su himno resonar al saltar al campo y Karim se viste de gala para la ocasión. Ante el Nápoles lo volvió a hacer, tras el gol inicial de Insigne que hizo saltar las alarmas en el Bernabéu, apareció el galo para devolver el empate al marcador y de paso convertirse en el futbolista francés con más goles en la máxima competición europea con 51 tantos, uno más que Thierry Henry.

Arrollador; así salió del túnel de vestuarios Benzema. Desde el pitido inicial por su cabeza solo pasaba el gol y vaya que si lo intentó. Presionó y corrió como pocas veces se le ha visto y el segundo gol no llegó por muy poco, si el palo y Reina no lo hubieran evitado. Aún así, es el máximo anotador de la presente edición con cinco tantos.

En la segunda parte Zidane vio que era el momento perfecto para sustituirle y arrancar los aplausos del aficionado blanco. Karim se marchó ovacionado por un estadio que, hasta este momento, se lo ha puesto muy difícil durante la presente temporada. Pero el Bernabéu es sabio y supo apreciar el partidazo de su jugador.

Su actuación ante el Nápoles puede servirle de punto de inflexión para llegar a la recta final de la temporada en plena forma. Cuenta con el apoyo de Zizou y todos sus compañeros que valoraron muy positivamente el partido de Benzema al final del partido. Parece que monsieur está de vuelta. Se le ha echado de menos.

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